Por: Redacción Vida y Estilo • Colombia.com

Oración del buen humor de Santo Tomás para pedir a Dios

Pide con fe un buen humor y lograrás ver las cosas menos difíciles de lo que realmente son. Cuando la angustia y el mal genio te invadan, apela a esta poderosa oración.

Actualización
Santo Tomás Moro siempre mantuvo un buen humor a pesar de las dificultades. Foto: Pixabay
Santo Tomás Moro siempre mantuvo un buen humor a pesar de las dificultades. Foto: Pixabay

Pide con fe un buen humor y lograrás ver las cosas menos difíciles de lo que realmente son. Cuando la angustia y el mal genio te invadan, apela a esta poderosa oración.

En estos momentos en los que la tragedia y la tristeza se han apoderado de miles de familias en el mundo por cuenta del coronavirus, no se le puede pedir a las familias de las víctimas que muestren una permanente sonrisa en su rostro, pero, aunque parezca contradictorio, vale la pena hacerlo.

Todos debemos ser agradecidos con el creador y sigamos el ejemplo de Santo Tomás Moro, que previo a su ejecución, siempre mantuvo buen ánimo y jamás se alejó de la mano poderosa del altísimo, a pesar de que el fin de su vida se acercaba.

Santo Tomás Moro fue mandado a ejecutar por Enrique VIII por negarse a tramitar su divorcio ante el Papa. En el pasado, el santo fue amigo del monarca inglés.

Oración del buen humor (En versión original)

Dame señor un poco de sol, algo de trabajo y un poco de alegría,

Dame el pan de cada día, un poco de mantequilla, una buena digestión y algo para digerir,

Dame una manera de ser que ignore el aburrimiento, los lamentos y los suspiros.

No permites que me preocupe demasiado por esta cosa embarazosa que soy yo.

 

Dame Señor, la dosis de humor suficiente como para encontrar la felicidad en esta vida

Y ser provechoso para los demás.

 

Que siempre haya en mis labios una canción, una poesía o una historia para distraerme,

enséñame a comprender los sufrimientos y a no ver en ellos una maldición.

 

Concédeme tener buen sentido, pues tengo mucha necesidad de él.

Señor, concédeme la gracia, en este momento de miedo y angustia,

De recurrir al gran miedo y a la asombrosa angustia

Que tú experimentaste en el Monte de los Olivos antes de tu pasión.

 

Haz que a fuerza de meditar tu agonía reciba el consuelo espiritual necesario para provecho de mi alma.

Concédeme, Señor, un espíritu abandonado, sosegado, apacible, caritativo, benévolo, dulce y compasivo.

Que en todas mis acciones, palabras y pensamientos, experimente el gusto de tu Espíritu Santo y bendito.

Dame Señor una fe plena, una esperanza firme y una ardiente caridad.

Que yo no ame a nadie contra tu voluntad, sino a todas las cosas en función de tu querer.

Rodéame de tu amor y de tu favor.

Amén

Esta oración eleva el ánimo y nos fortalece en los momentos más difíciles, porque un buen ánimo siempre es el motor para obtener y lograr grandes cosas, especialmente, los regalos de nuestro Dios.