Mujer contó su mala experiencia en un salón de belleza que hizo que casi le amputaran un dedo

Una preocupante experiencia vivió una mujer australiana luego de acudir a un salón de belleza para hacerse una manicura. Su nombre es Beth Jozey, quien a través de la red social TikTok compartió con todos sus seguidores cómo terminó en urgencias y casi sin un dedo por una mala práctica de un establecimiento.

La mujer que quiso alertar al mundo sobre las precauciones que se deben tener en cuenta a la hora de elegir un sitio para arreglarse las uñas, confesó que en 2020, antes de que declararan la cuarentena por la pandemia del coronavirus, asistió a una cita con una manicurista en Melbourne pero las cosas no salieron como ella esperaba.

Según su testimonio, es común que ella acuda a salones de belleza para hacerse ciertos retoques porque le gusta verse bien y mantener sus uñas arregladas, sin embargo, en aquella oportunidad su manicurista de confianza no la podía atender por lo que decidió buscar otra alternativa.

Cuando la atendieron en el nuevo sitio, ella estaba muy nerviosa por saber cómo quedarían sus uñas y si le gustaría el resultado. Según afirma Beth, todo se veía muy limpio a su alrededor pero hubo un pequeño pero importante detalle que le generó mucha inquietud, pues no desinfectaron los instrumentos con los que la iban a atender.

Antes de ella, otra chica había estado en el mismo cubículo para hacerse una manicura también, en este caso siempre se deben asear y desinfectar los instrumentos para el siguiente servicio, pero ella observó que el personal que trabajaba allí no lo hizo en ningún momento y procedieron a atenderla así. Ella no dijo nada para no molestar. “Siendo joven e ingenua, no pensé nada en eso y no quería ser esa persona que pregunta si puede lavar las cosas”, explicó, según indicó el diario The Sun.

Cuando terminaron la manicura, Beth se relajó pues quedó muy contenta con el resultado; sin embargo, no se esperaba que al día siguiente sus manos tendrían una dolorosa reacción. “Todo empezó a ir cuesta abajo”, indicó.

Y agregó angustiada por recordar: “Me empezaron a doler mucho las uñas. Se sentían muy apretados los dedos, particularmente en este pulgar (izquierdo). Se sentía como una uña encarnada, comenzó a enrojecerse y a doler mucho”.

Aunque en un inicio decidió no prestarle mucha atención a la situación por estar al cuidado de su bebé, la mujer tuvo que irse a urgencias presionada por su madre, quien le manifestaba que eso no se veía normal.

Cuando llegó al centro hospitalario le diagnosticaron una infección de lecho ungueal, que tenía que ser atendida con intervención quirúrgica de inmediato. “Terminaron drenando una cantidad absurda de infección de mi pulgar. Si lo hubiera dejado por más tiempo, se me habría metido en los huesos y en el torrente sanguíneo y habría perdido el pulgar”, concluyó.