Avalancha de Armero: las secuelas psicológicas que aún afectan a los sobrevivientes de la tragedia
La avalancha de Armero no solo cobró miles de vidas, también dejó profundas secuelas emocionales que aún persisten en los sobrevivientes.
La avalancha de Armero no solo cobró miles de vidas, también dejó profundas secuelas emocionales que aún persisten en los sobrevivientes.
La avalancha de Armero, ocurrida en la noche del 13 de noviembre de 1985, dejó más de 25.000 víctimas fatales, entre quienes quedaron sepultados entre el lodo y los escombros y los que recibieron atención médica, pero no lograron sobrevivir debido a la gravedad de sus lesiones.
Pero el verdadero dolor y sufrimiento lo vivieron los familiares y sobrevivientes que experimentaron la tragedia de primera mano, viéndose obligados a huir sin conocer el paradero de sus seres queridos. Según psicólogos expertos, este evento dejó profundos efectos en la salud mental de unas 5.000 personas que fueron evacuadas o rescatadas del desastre, aunque no se conoce la cifra real.
Según un informe de la Defensoría del Pueblo, tras cuatro décadas del desastre, aún se pueden ver las consecuencias que dejó la avalancha de Armero en términos sociales, económicos y culturales debido a las deficiencias en el manejo de la situación.
“A cuatro décadas del evento, persisten algunos impactos sociales, económicos y culturales en los sobrevivientes, junto con vacíos normativos, debilidades institucionales y falencias en la política pública, que evidencian la necesidad de respuestas sostenidas y articuladas para la garantía efectiva de derechos y para que cese la afectación de las personas y comunidades que sobrevivieron al suceso”, destaca el documento, según El Colombiano.
Consecuencias en la salud mental
Testimonios recolectados por la entidad destacan que la mayoría de los sobrevivientes quedaron con secuelas y traumas irreversibles. Entre los problemas que aún experimentan las víctimas que lograron huir de la avalancha de Armero están la depresión, pérdida de la identidad, sentimientos de soledad, desesperanza y estrés.
El informe de la Defensoría señala que el 70% de las víctimas de Armero manifestaron tener miedo recurrente, pesadillas, insomnio y tristeza; sin embargo, solo el 19% recibió atención psicológica, lo que evidencia la negligencia por parte del gobierno.
De acuerdo con un artículo publicado por la organización Iris Paho, después de la tragedia de Armero se llevó a cabo un censo de los sobrevivientes refugiados en albergues, que reveló una alta tasa de trastornos psiquiátricos en los sobrevivientes.
Los investigadores determinaron que los problemas psicológicos más comunes identificados en la mayoría de esta población fueron la ansiedad, la depresión, la agresividad, las fobias, el alcoholismo, el retraso psicomotor en los niños, el descuido de los hábitos de higiene y el maltrato infantil.
Por desgracia, la mayoría de los sobrevivientes con secuelas mentales no recibieron la atención psicológica y de salud mental pertinente debido a la falta de gestión y apoyo. En ese sentido, el estado mantiene una deuda permanente con esta población vulnerable.