Gas de la risa: los peligros mortales detrás de la moda viral que cobró la vida de una influencer que era adicta

La trágica muerte de Amy Louise Leonard, una joven influencer y maquilladora británica, ha encendido las alarmas sobre los peligros del llamado gas de la risa, una sustancia inhalada que se ha vuelto popular en redes sociales por sus efectos en la conciencia y el estado de ánimo. 

Amy, quien acumulaba miles de seguidores por su estilo de vida y humor, falleció tras varios meses de consumo constante de óxido nitroso, el componente principal de este gas. Su caso ha generado gran preocupación en el Reino Unido y otros países, donde los expertos advierten sobre los daños neurológicos y cardíacos que provoca su uso prolongado.

La influencer venía enfrentando problemas de salud mental desde hace varios años. Esta fue la razón principal por la cual comenzó a inhalar el gas de la risa. Según ella, la ayudaba a sobrellevar su depresión. 

La joven de 20 años trabajaba como maquilladora en el área de Grand Manchester, Inglaterra. Adicionalmente, compartía fragmentos de su vida en redes sociales. También había alertado a su comunidad sobre su adicción al gas de la risa.

De acuerdo con el testimonio de amigos y familiares, Leonard comenzó a presentar síntomas graves tras meses de inhalar el gas: perdió la capacidad de caminar durante más de tres semanas y desarrolló debilidad en sus extremidades.

Debido a su deterioro de salud, en su última publicación en redes alertó a sus seguidores sobre las consecuencias de esta práctica. “El gas de la risa puede privar a tu cerebro de oxígeno, causar mareos, desmayos… Ahora estoy hospitalizada… Dejen sus globos, porque terminarán como yo”, escribió.

La joven influencer fue estabilizada en un hospital luego de un episodio crítico, pero los médicos descubrieron coágulos mortales en su corazón y pulmones. Pese a los esfuerzos, Amy falleció recientemente. 

¿Qué es el óxido nitroso y por qué se considera “gas de la risa”?

El óxido nitroso es un gas que, en entornos médicos controlados, se utiliza como sedante y analgésico. Pero inhalado por globos como uso recreativo, puede causar euforia a corto plazo.

El problema surge con usos repetidos o en grandes cantidades: el gas consume el oxígeno disponible, lo que puede llevar a hipoxia cerebral (falta de oxígeno en el cerebro), fallo orgánico, daño neurológico y, como en el caso de Amy, formación de coágulos mortales. Su abuso prolongado está asociado con déficit de vitamina B12, alteraciones neurológicas, parálisis temporal y trastornos psiquiátricos.