Autismo: los beneficios de la natación en pacientes con esta condición
La natación no es solo un deporte, también es terapia. Descubre cómo ayuda a personas con autismo a ganar confianza, salud y habilidades sociales.

La natación no es solo un deporte, también es terapia. Descubre cómo ayuda a personas con autismo a ganar confianza, salud y habilidades sociales.
En el mundo del trastorno del espectro autista (TEA), cada avance cuenta, ya que la información respecto a esta condición y su tratamiento es limitada. Más allá de las terapias tradicionales, expertos en salud y neurodesarrollo han destacado el impacto positivo de la natación como una herramienta terapéutica integral para mejorar la calidad de vida de los pacientes con algún grado de autismo.
Según diversos estudios, este deporte acuático no solo favorece la motricidad y la salud física, sino que también contribuye al desarrollo emocional y social de quienes conviven con esta condición de salud que puede afectar considerablemente el desarrollo normal de las actividades cotidianas.
¿Qué es el autismo?
El autismo es definido por profesionales de la salud de Mayo Clinic como “una afección relacionada con el desarrollo del cerebro que afecta la manera en la que una persona percibe y socializa con otras personas, lo que causa problemas en la interacción social y la comunicación”.
Los pacientes con este trastorno suelen tener dificultades para mantener el contacto visual y socializar, y en algunos casos pueden llegar a ser agresivos; sin embargo, los síntomas dependen del grado de la enfermedad.
Causas del autismo
Actualmente, se desconocen las causas de este trastorno. Según los especialistas, los trastornos del espectro autista no tienen una única causa y se pueden derivar de múltiples factores, entre estos:
- La genética: para algunos niños, los trastornos del espectro autista pueden estar relacionados con un trastorno genético, como el síndrome de Rett o el síndrome del cromosoma X frágil, dicen los especialistas de Mayo Clinic.
- Factores ambientales: las infecciones virales, los medicamentos, las complicaciones durante el embarazo y los contaminantes del aire pueden desempeñar un papel en el desarrollo del trastorno del espectro autista.
Tratamientos
El autismo es una condición que no tiene cura; sin embargo, existen diversas alternativas de tratamiento para mejorar significativamente la calidad de vida de quienes la presentan. El objetivo de los tratamientos es maximizar la capacidad para ejecutar las actividades normales y reducir los síntomas.
Entre las opciones de tratamiento están: terapias de comportamiento y comunicación, terapias educativas, terapias familiares, terapias de conversación para mejorar las habilidades de comunicación, terapias ocupacionales para aprender actividades de la vida diaria y fisioterapias para mejorar el movimiento y el equilibrio.
Investigaciones recientes han demostrado que la natación es un deporte que puede servir como terapia a niños con trastornos del espectro autista, dado que ayuda a mejorar las habilidades físicas, cognitivas, emocionales y sociales.
Un estudio experimental publicado en South African Journal for Research in Sport, Physical Education and Recreation evaluó los efectos de un programa de terapia acuática orientada a respuestas en niños con autismo (7–10 años). Los participantes mostraron mejoras significativas en habilidades motoras, así como en funciones ejecutivas: respuestas correctas, flexibilidad mental y perseverancia.
Otro estudio publicado en National Library of Medicine, llevado a cabo con 16 niños varones, evidenció que un programa de natación de 10 semanas mejoró habilidades acuáticas y favoreció la interacción social.
Aunque faltan investigaciones, cada vez más médicos y especialistas están recomendando la natación como terapia para pacientes con trastornos del espectro autista, ya que permite mejorar la calidad de vida y es vital para reducir los riesgos.