Esta es la hora en que deberías dejar de comer para adelgazar según Harvard

El sobrepeso y la obesidad son definidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS), como la acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud y generar enfermedades subyacentes que pueden desencadenar en la muerte.

Para diagnosticar la obesidad, generalmente se utiliza el Índice de Masa Corporal (IMC), como un indicador de la relación entre el peso y la talla de una persona. Este se calcula dividiendo el peso en kilos de una persona por el cuadrado de su talla en metros (kg/m2).

Cuando el índice de masa corporal es igual o superior a 25, se denomina sobrepeso; mientras que si es igual o superior a 30, se denomina obesidad, esta medida no se distingue entre hombres y mujeres de todas las edades.

De acuerdo con cifras oficiales, en el mundo existen más de 1.900 millones de adultos con sobrepeso, de los cuales, más de 650 millones son obesos. En Colombia, existe una prevalencia de adultos de 18 a 64 años con sobrepeso del 37,7% y del 18,7% con obesidad, según la Encuesta Nacional de Salud del 2015.

Para estas fechas de inicio de año, muchas personas se hacen el propósito de bajar de peso y tener un estilo de vida más saludable; sin embargo, no es una tarea fácil en especial si no se tiene la adecuada asesoría. Cabe destacar que no solo basta con hacer ejercicio, pues la alimentación juega un rol mucho más importante. 

Una investigación reciente de la Universidad de Harvard encontró un factor clave para tener una pérdida de peso efectiva, se trata del horario de alimentación. Según los investigadores, existe una amplia relación entre la hora en que tenemos nuestra última comida antes de dormir y el sobrepeso. 

El estudio publicado en la revista científica Cell Metabolism, se llevó a cabo con 16 personas en condición de obesidad y sobrepeso. En ellas se determinó si existe o no una variable según el horario de comida antes de ir a dormir que provoca el aumento de peso. 

El análisis se realizó haciendo que los participantes mantuvieran sus dietas habituales pero cambiando el horario de consumo. Durante seis días cada uno continuó con su alimentación regular en el desayuno, el almuerzo y la cena, haciendo su última comida seis horas y media antes de ir a dormir. 

En la segunda fase de la investigación, durante otros seis días continuaron con los mismos planes de alimentación, con la variable de que iniciaron las comidas 4 horas más tarde y la última comida la hicieron dos horas y media antes de ir a dormir. 

La investigación concluyó que entre más tarde se haga la última comida, más se deposita la grasa en el cuerpo e impide la quema de calorías. “Durante el estudio, los científicos midieron las hormonas reguladoras del apetito, la temperatura corporal, el gasto de calorías y las células grasas de los participantes”, explica el artículo publicado por Harvard Health Publishing escrito por Heidi Godman.