John Arias fue figura y se quedó con el duelo de colombianos, en final de Copa Libertadores

5 Ligas de campeones, 4 mundiales de clubes, 3 Supercopas de Europa y además una Copa Confederaciones con Brasil y dos medallas olímpicas con su selección (una de bronce y otra de plata), es el palmarés de Marcelo Vieira, el reconocido lateral ex Madrid, que llegó a Fluminense luego de un corto período vistiendo la camiseta del Olympiacos francés.

Y, pese a semejante palmarés, lloró como un niño pequeño cuando el colombiano Wilmar Roldán señaló el círculo central y decretó la victoria de Fluminense sobre Boca Juniors, en la final de la Copa Libertadores 2023. Y eso es, justamente, este torneo de fútbol bien jugado, pero sobre todo de garra y de sentirse invencible.

El partido, a lo largo de los 90 minutos fue trabajo, ríspido y con pocas opciones. El marcador lo abrió el ex Independiente Medellín, Germán Ezequiel Cano, sobre los 36 minutos de juego y gracias a la asistencia de Keno. Con el triunfo por la mínima se retiraron los jugadores a los vestuarios, para preparar lo que en principio eran los últimos 45 minutos.

Pero apareció la magia de Luis Advíncula, quien mandó un zapatazo impresionante y venció a Fábio, empatando el juego y amargando a los hinchas cariocas que habían llegado hasta el mítico Maracaná. Tras el empate, volvió el juego fuerte, las faltas ‘tácticas’ y las tarjetas.

Al 89, precisamente tras una dura falta, el recién ingresado para el Flu, John Kennedy, recibía una tarjeta amarilla que, en el alargue, se convertiría en roja tras anotar el segundo del Fluminense y exagerar en la celebración. Algo inaudito para un jugador profesional, pero que hace parte de la presión de la final de este campeonato.

Keno, la figura, fue el sacrificado y en su lugar entró David Braz, defensa central. Por la banda derecha, como interior, formó todo el partido el colombiano John Arias, quien siempre que pudo lideró la salida en velocidad de su equipo, aunque en más de una ocasión chocó con Frank Fabra, su compatriota y compañero en Selección Colombia.

Ambos colombianos destacaron con buenas actuaciones, aunque la de Fabra terminó empañada cuando, tras agredir sin balón a un rival, terminó ganándose la tarjeta roja, dejando a su equipo en igualdad de condiciones, a partir del minuto 105, cuando el xeneize caía por un gol.

El tiempo fue avanzando y, sobre el 114, Arias se robó un balón en su campo que llevó rápidamente hasta la portería de Romero, descargando sobre su compañero Guga quien, al definir, terminó estrellando la pelota contra el vertical derecho. El colombiano no lo podía creer. Era el de bajar la persiana.

Los últimos minutos fueron una auténtica herradura, por parte de Boca Juniors, que clamaba por el empate, acudiendo a esa fuerza latinoamericana que es el motor de la Copa y de muchos países de la región. Sin embargo, el balón no volvió a cruzar la línea de gol. En el banco de ambos equipos, la situación era insufrible, aunque al final fue felicidad total para el tricolor, que se llevaba la primera Copa Libertadores de su historia.