Israel pasó de la euforia a la preocupación por aumento en los contagios de la COVID-19

En el mes de marzo de este año 2021 Israel se ufanaba de ser el país con mayora avance en la vacunación contra la COVID-19 en el mundo, cerca de la mitad de su población se encontraba inmunizada contra la mortal enfermedad que había paralizado al mundo, pero que no mantendría a la nación judía postrada ante la crisis.

El mundo observaba con admiración y también con envidia que Israel estuviese tan adelantado en la vacunación y prontamente pudiese asegurar que la COVID-19 era asunto del pasado y la vida regresara a la normalidad, muy lejos de los tapabocas, el lavado de manos, vacunas, hospitales, contagios y fallecidos.

Mientras los países desarrollados intentaban ponerle velocidad a la vacunación en el primer trimestre del año, Israel tenía cerca de la inoculación a la mitad de su población, lo cual la convertiría en el primer gran experimento de la tan mentada inmunidad de rebaño.

Israel decidió hacer a un lado el uso del tapabocas para quienes estaban vacunados y fueron los primeros en reabrir los bares, la vida tal como se conocía hace dos años volvía a florecer en la nación judía, mientras seguía avanzando la vacunación para todos, tanto que logró inmunizar al 70% de su población, pero la variante Delta comenzó a circular en el país y todo cambió.

El tiempo en que las camas de hospital se llenaban de enfermos y los contagios se habían convertido en una cotidianidad que volvió a aparecer en Israel, las autoridades y la ciudadanía no podían dar crédito a lo que estaba sucediendo y la pregunta era por qué ocurría si la mayoría de la gente se encontraba vacunada con las dos dosis del biológico de Pfizer.

Las autoridades han asegurado que los nuevos casos de contagio se han producido en niños, pro también existen casos de infecciones irruptivas, es decir, personas contagiadas que ya se habían vacunado.

Israel quiere una tercera dosis de vacunas contra la COVID-19 porque cree que el efecto de los biológicos se pierde con el tiempo, por eso un refuerzo sería clave para generar anticuerpos y luchar contra la enfermedad mientras se inmuniza a casi toda la población.

Desde el mes de agosto se adelanta en la nación judía la aplicación de la tercera dosis de refuerzo y las personas asisten por miles con la ilusión de que esta nueva inoculación sí les pueda garantizar estar más cerca de la solución y poder decir que la COVID-19 salió de su país.