Petro culpa a la división indígena y popular por avance de la derecha en Bolivia

Bolivia definió en las urnas y lo hizo con un giro que impacta en toda la región. Petro culpa a la división indígena y popular. 

Por: Gracia Altamirano • Colombia.com
Rodrigo Paz y Jorge Quiroga. Opositores que disputarán una segunda vuelta por la Presidencia en Bolivia. Foto: EFE
Rodrigo Paz y Jorge Quiroga. Opositores que disputarán una segunda vuelta por la Presidencia en Bolivia. Foto: EFE

Bolivia definió en las urnas y lo hizo con un giro que impacta en toda la región. Petro culpa a la división indígena y popular. 

Tras la jornada electoral, el país andino determinó que la segunda vuelta presidencial del próximo 19 de octubre será entre dos candidatos de derecha: Rodrigo Paz, quien obtuvo el 31% de los votos, y Jorge “Tuto” Quiroga, con un 27%. Con este escenario, la izquierda boliviana quedó fuera de la contienda por el poder ejecutivo.

El presidente de Colombia, Gustavo Petro, reaccionó de inmediato a los resultados y cuestionó la falta de cohesión de los sectores progresistas. En su cuenta de X, afirmó que la división del movimiento indígena y popular abrió la puerta al retorno de fuerzas políticas tradicionales. 

“Solo la división del movimiento indígena y popular, permite que los hidalgos, dueños de indígenas, vuelvan al poder. Ahora que entregarán el litio, debe el movimiento popular unirse con dignidad por encima de los egos”, escribió el mandatario colombiano, subrayando que la unidad debe ser la prioridad frente a la coyuntura.

El comentario de Petro fue una respuesta directa a la senadora colombiana María Fernanda Cabal, quien celebró el triunfo de la derecha en Bolivia. Cabal aseguró en la misma red social que “el criminal socialismo es historia en Bolivia” y que “la derecha se impone”, lo que avivó el cruce de posturas en Colombia frente a los cambios en el tablero político regional.

Fin de 20 años de gobiernos de izquierda en Bolivia

Con el resultado electoral, Bolivia puso fin a casi dos décadas de dominio de la izquierda, encabezadas primero por Evo Morales y, posteriormente, por su sucesor Luis Arce. La posible llegada de un gobierno de derecha, tras años de predominio progresista, representa un duro golpe para la corriente política que había consolidado avances en la región.

Este desenlace también refleja un reacomodo en el mapa latinoamericano, donde las fuerzas políticas comienzan a oscilar entre proyectos de izquierda y derecha. El giro boliviano se suma a un contexto electoral que marcará los próximos años en países clave de América Latina.

En 2026, Perú volverá a las urnas bajo la presidencia de Dina Boluarte, quien asumió tras la destitución del exmandatario Pedro Castillo. Colombia celebrará elecciones presidenciales en mayo de ese mismo año, con Gustavo Petro como primer presidente de izquierda del país a la espera de definir su sucesión. También Brasil, bajo el liderazgo de Luiz Inácio Lula da Silva, y Costa Rica, gobernada por Rodrigo Chaves, forman parte de este escenario en el que la correlación de fuerzas políticas puede cambiar de manera significativa.