¿Disidentes se infiltraron en protesta indígena?

Según el ministro de Defensa, Guillermo Botero, el gobierno está enfrentando la ofensiva de fuerzas que se marginaron del acuerdo de paz a finales de 2016 y que están detrás de acciones violentas, como el estallido de una motocicleta bomba que no dejó víctimas, en el marco de las manifestaciones en el suroeste del país.

"Obviamente esto es una embestida (...) de cara a apoyar la minga" como se le denomina también a la movilización indígena, declaró Botero. 

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En ese sentido, agregó que en la protesta "hay infiltrados" del Frente Sexto, como se conoce al grupo armado que integró las ya disueltas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC, marxistas) y que opera en esa zona de Colombia.

La dirigencia indígena no se ha pronunciado sobre las denuncias del gobierno.  

Entretanto, Botero agregó que los disidentes que están saboteando la protesta libran al mismo tiempo una lucha con un remanente de una guerrilla maoísta ya disuelta, conocido como Los Pelusos, por el control de rutas del narcotráfico. 

Las manifestaciones reúnen a miles de indígenas que le exigen al gobierno el cumplimiento de acuerdos asumidos por el Estado antes de la llegada del derechista Iván Duque al poder en agosto pasado. 

Esas comunidades reclaman desde la adjudicación de tierras hasta el fin de la violencia contra sus líderes, así como la concreción de reformas rurales derivadas del pacto de paz con las FARC. 

Como parte de la protesta, los manifestantes mantienen bloqueada la carretera Panamericana, una importante vía que conecta a Colombia con Ecuador, en espera de que el presidente Duque se reúna con ellos y atienda sus reclamos. 

El mandatario se ha negado a viajar a la zona hasta tanto no se levanten los bloqueos.

La protesta se recrudeció hace una semana debido a fuertes choques con la fuerza pública, que hasta ahora dejan un uniformado muerto y una veintena de heridos entre manifestantes y efectivos, además de 13 personas procesadas penalmente. 

Los indígenas, que representan al menos el 3,4% de los 42 millones de colombianos, se han organizado para exigir derechos y denunciar crímenes y atropellos, con protestas que se han tornado frecuentes en los últimos años.