Por: David Ferrer • Colombia.com

El asesino habló: Julián Cifuentes confiesa haber matado al padre Darío

Julián Cifuentes, capturado en Francia, admitió haber disparado al sacerdote durante una transacción comercial que terminó en tragedia.

Imagen de referencia. Foto: Pexels
Imagen de referencia. Foto: Pexels

Julián Cifuentes, capturado en Francia, admitió haber disparado al sacerdote durante una transacción comercial que terminó en tragedia.

Julián Eduardo Cifuentes Gómez fue detenido en París por ser el principal sospechoso del asesinato del sacerdote Darío Valencia, quien había desaparecido el 25 de abril en Pereira. Los restos del sacerdote fueron encontrados el 20 de septiembre en una zona rural de Belalcázar, Caldas, tras una intensa búsqueda.

Según la Fiscalía General de la Nación, el móvil del crimen está relacionado con la venta de un vehículo, proceso en el cual Cifuentes disparó al sacerdote dentro del carro durante la transacción.

“Él dijo que no había sido por temas pasionales, como inicialmente se había especulado, sino por plata, fue por dinero, cuestiones económicas del carro que estaba en venta”. Le habría dicho una fuente cercana a la Revista Semana.

Después del asesinato, Cifuentes ocultó el cuerpo y lo arrojó al vacío en una zona montañosa, valiéndose de sus habilidades en senderismo. Posteriormente, huyó a Francia, donde fue arrestado gracias a una circular azul de Interpol en el aeropuerto Charles de Gaulle.

Aunque al principio se mostró reacio a colaborar, finalmente confesó el crimen tras ser interrogado por fiscales colombianos en París. Cifuentes aseguró que el asesinato no tuvo motivos pasionales, como se especuló en un inicio, sino que fue un conflicto económico relacionado con la venta del vehículo.

La relación entre Cifuentes y el sacerdote Valencia iba más allá de una simple transacción comercial, ya que ambos se conocían desde hace años y mantenían un alto nivel de confianza, según reveló el abogado de la víctima, Renato Marín. Se descubrió que había vínculos comerciales entre ambos, especialmente en negocios de compraventa de vehículos.

Tras la confesión de Cifuentes, se proporcionaron las coordenadas exactas donde se hallaron los restos de Valencia. Las autoridades, junto con equipos especializados, exhumaron el cuerpo y lo remitieron al Instituto Nacional de Medicina Legal para su identificación formal.

El caso, que inicialmente se manejaba con reservas, ha tomado un giro definitivo con la confesión y el hallazgo del cadáver, proporcionando claridad y algún grado de cierre a la comunidad religiosa y a los seres queridos del sacerdote.