El chisme está haciendo un infierno la vida en el municipio de Carolina del Príncipe

Dice un viejo refrán que resume el chisme como ‘pueblo chico, infierno grande’, y eso es lo que los habitantes de con casi 4.000 habitantes, entienden bien en la vida diaria.

Los rumores y todo tipo de difamaciones están convirtiendo la vida de los habitantes en un permanente dolor de cabeza que día a día ocasiona enemistades, discusiones y hasta peleas, tan grave ha resultado el asunto que hasta las autoridades se notan preocupadas por la situación.

Por medio de las redes sociales y cadenas de Whatsapp se vienen realizando todo tipo de difamaciones que han afectado a medio pueblo y diferentes casos se han remitido a la Fiscalía General de la Nación para que tome cartas en el asunto.

Las autoridades de la población han tratado de que a través del diálogo y la toma de conciencia se logre acabar con esta problemática social, pero hasta el momento el chisme sigue dominado la vida del pueblo y los problemas, como el mismo chisme, son el pan de cada día en este municipio famoso por sus balcones y también por ser el lugar de crianza del famoso cantante Juan Esteban Aristizábal, Juanes.

El alcalde de Carolina del Príncipe, Carlos Andrés Pérez, dijo a Noticias Caracol que “las cadenas cibernéticas están afectando la vida de los hogares y también están acabando con las familias”.

Problemas para la dignidad y el autoestima

La situación es preocupante y se teme con que la depresión que están experimentando varias personas que han sido víctimas de las difamaciones y chismes puedan ocasionar problemas más graves porque atacan la dignidad y el autoestima de las personas.

Expertos en derecho aseguran que lo que se presenta en este pueblo tipifica dos delitos, el primero es el de la injuria que, según la legislación colombiana, tiene una pena de 16 a 54 meses de prisión. El segundo delito es el de la calumnia que tiene una pena de 16 a 72 meses.

Los habitantes de Carolina del Príncipe piden que haya más campañas de educación y sensibilización sobre un problema que tiene a los ‘carolinitas’ aburridos con los chismes y lengüilargos que hacen del Whatsapp su más afilada arma.

Las autoridades tratan de hallar a quienes se encuentran realizando estas cadenas de Whatsapp con chismes que perjudican la vida de las personas, pero hasta el momento esta tarea no ha dado frutos y los chismes siguen calienticos en el municipio antioqueño.