Por: Christopher Ramírez (@otrocachaco) • Colombia.com

Opinión: Sí, Colombia sí es la tierra de los narcos

Ya se volvió costumbre ofendernos cuando nos dicen la verdad. Nos cuesta creer que vivimos en un narcoestado y que hacemos muy poco por cambiar esta realidad.

Actualización
Portada de la noticia publicada por La Repubblica de Italia. Foto: Twitter
Portada de la noticia publicada por La Repubblica de Italia. Foto: Twitter

Ya se volvió costumbre ofendernos cuando nos dicen la verdad. Nos cuesta creer que vivimos en un narcoestado y que hacemos muy poco por cambiar esta realidad.

Las ideas y opiniones expresadas en esta publicación son las del autor y no necesariamente reflejan la opinión ni posición de Colombia.com

Muchas veces no se entiende el afán o necesidad, o como le quieran decir, a la práctica que tienen muchas personas de querer suavizar la realidad y de indignarse y rechazar con toda la fuerza de su alma algunas verdades que, aunque duelen, nunca dejarán de ser reales.

Hace algunos días los colombianos ‘pegaron’ el grito en el cielo cuando se supo que La Repubblica, un medio escrito italiano, intentó exaltar el nombre de la ingeniera caleña Diana Trujillo, participante en el proyecto Perseverance de la Nasa, pisoteando la honra de nuestro país.

“De la Colombia de los narcos a Marte, la científica que mueve la sonda”, fue el polémico titular usado por esa publicación y con el que, sin ninguna clase de escrúpulo, generalizaba a Colombia como un país en el que el 100 % de su gente es narcotraficante.

¡Qué gran mentira! Por supuesto que no todos los colombianos somos narcotraficantes, pero… es que nuestra fama nos precede.

Según un informe de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, el último estudio desarrollado avala a Colombia como el país donde más hoja de coca es producida, con un 70 % del área global bajo cultivo”. Sin embargo, la “buena noticia” es que estas cifras son menores a las que se tenían en 2017; aunque la reducción de la siembra de planta de coca no es sinónimo de menos cocaína. ¡Ojo con eso!

En el mismo estudio, se detalla que “si en 2015 se lograba en Colombia que cada laboratorio produjera 5,2 kilos de cocaína por hectárea, la cifra vio su aumento hasta los 6,5 kilos en 2018”. Increíblemente, se redujo la plantación, pero se crearon métodos mucho más eficientes para mejorar la producción de cocaína con el “poco” material que se tiene. 

¡Somos genios! ¡Unos emprendedores innatos!

Sin embargo, cuando el mundo nos alaba por lo que, infortunadamente, sabemos hacer mejor, nos ofendemos. Nos damos golpes de pecho y sufrimos por la dura verdad. Claramente, sino somos el país con mayor exportación de la droga en el mundo, sí que estamos cerquita de ocupar ese deshonroso primer puesto; pero vengan, no nos lo digan tan crudo. Nos duele esa verdad y si se empeñan en recordarla, pues nosotros nos empeñaremos en tratar de ocultarla.

Por ejemplo, la Cancillería del país de los narcos, y que, ¡cuidado con esto!, representa una Presidencia que se ha visto salpicada por presunta participación de narcotraficantes en el camino al poder, se sintió indignada con que en Italia recordaran una verdad a gritos.

En un efusivo trino, la Cancillería rechazó el titular de La Repubblica de Italia, asegurando que “estigmatiza a nuestro país. Colombia se siente orgullosa de profesionales como Diana Trujillo, ejemplo de perseverancia, logro científico e inspiración para las nuevas generaciones”.

Por supuesto que sí: personajes como Diana Trujillo nos llenan de orgullo. Son de las pocas personas que se han levantado con verraquera y temple para cumplir sus sueños y, que, en un acto desinteresado y patriótico, lleva con alegría la bandera de Colombia por donde quiera que vaya.

No obstante, lo dije en 2017 cuando, durante la visita del papa Francisco a Colombia, se popularizó una columna de opinión del periodista español José Manuel Vidal, en el diario El Mundo, titulada "Francisco, en la patria de los 'narcos'", y lo digo ahora: hasta que no dejemos en el pasado a personajes como Pablo Escobar y evitemos a toda costa exaltar su vida con series, películas y hasta un cínico parque temático al que no le hemos ni cambiado el nombre, Colombia no dejará atrás un título que se ha ganado a pulso y con mérito.

No todos somos narcos en Colombia, pero sí que los admiramos, entonces, ¿nos vamos a poner bravos porque nos dicen la verdad? Colombia es un narcoestado, y nadie puede negar esa realidad.