Paro nacional en Colombia: Indígenas misak intentaron derribar estatua de Cristóbal Colón en Bogotá

Este 9 de junio, la iconoclasia (rechazo a imágenes artísticas, históricas o sagradas) volvió a ser protagonista en medio del Paro nacional. Como ha ocurrido en otras situaciones, representantes indígenas de la cultura Misak intentaron derribar la estatua de Cristóbal Colón, ubicada en la Calle 26, en inmediaciones del Aeropuerto El Dorado en Bogotá.

Sin embargo, gracias a la rápida respuesta de la Policía, el hecho solo quedo en intento pues no lograron derribar la efigie de su pedestal.

“Un grupo de comunidades indígenas intentaron derribar la estatua de Cristóbal Colón en la Avenida el Dorado con Carrera 100. La Policía debió intervenir para evitar que la tumbaran”, explicó la Secretaría de Gobierno de Bogotá, por medio de una publicación en Twitter.

Jiménez de Quesada y Sebastián de Belalcázar

Cabe recordar que durante el Paro nacional que inició el 28 de abril, han sido varios los intentos de derribo en contra de monumentos históricos en Colombia, siendo varios de estos un completo éxito.

El primero ocurrió el mismo 28 de abril, cuando indígenas Misak se ensañaron contra la estatua del fundador de Cali, Sebastián de Belalcázar, sin lograr tumbarla pero sí dejándola inclinada en su pedestal.

“La tumbamos porque la colonización del poder, ni en el Cauca ni el Valle del Cauca, debe seguir existiendo en contra de la memoria histórica de los 116 pueblos indígenas en Colombia”, manifestó Pedro Velasco, líder indígena y gobernador de la comunidad Misak.

Mismo hecho y con los mismos protagonistas fue el derribo exitoso del monumento en honor al fundador de Bogotá, Gónzalo Jiménez de Quesada, el pasado 7 de mayo en la capital colombiana.

Ese día, un grupo Misak llegó hasta el centro de Bogotá para atentar contra la estatua que estaba ubicada en la plazoleta de la Universidad del Rosario, una de las más reconocidas en el centro histórico de la ciudad.

“Viva el paro nacional. Viva el movimiento de las autoridades indígenas de Colombia”, vitoreaban los indígenas durante la caída de la estatua.

“Lo que acabamos de hacer, junto con las mujeres mestizas de Bacatá, el movimiento de autoridades indígenas de suroccidente, es una limpieza, una sanación espiritual, derrumbando a este masacrador y violador número uno de aquí de Bogotá”, indicó uno de los manifestantes a Blu Radio.