Joven que sufría cólicos intensos recibió diagnóstico devastador: “escucha a tu cuerpo”

El cáncer es una de las enfermedades más mortales. De hecho, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), es la principal causa de muerte en el mundo, con casi 10 millones de defunciones en 2020. 

Existen muchos tipos de cáncer, los más comunes son los de mama, pulmón, colon y recto y próstata, cada uno tiene características específicas y síntomas particulares que en ocasiones pueden confundirse con los de otras enfermedades. 

Este fue el caso de una joven de 26 años, que sufría fuertes cólicos, acudió al médico, los especialistas descartaron sus síntomas y posteriormente fue diagnosticada con cáncer de ovario. 

Se trata de Keesha Walden, originaria de Inglaterra, quien decidió compartir su testimonio con el mundo para ayudar a las mujeres en la detección temprana de este tipo de enfermedades a través de síntomas particulares. 

Según su relato, antes de recibir el diagnóstico devastador, acudió en múltiples ocasiones al médico por los cólicos tan fuertes que sentía; no obstante, en aquel momento, todos los especialistas normalizaron sus síntomas o los atribuyeron a otras causas. 

Keesha señaló que durante varios años sintió intensos dolores pélvicos, además de un aumento inexplicable de peso y cambios notorios en el tamaño de su abdomen. En un primer momento, los médicos le recomendaron un cambio de dieta y mejores hábitos, pero a pesar de esto, sus molestias continuaron. 

La situación empeoró en marzo de este año cuando los dolores comenzaron a hacerse insoportables y sus periodos se hicieron irregulares. Tras una remisión al ginecólogo, el experto le encontró quistes en los ovarios.

Tras análisis más profundos, el especialista encontró un tumor canceroso de 26 centímetros, el cual fue extraído a través de cirugía. Por desgracia, el cáncer ya se había extendido a los pulmones, donde hallaron tejido anormal.

Luego de esto, la joven fue diagnosticada con adenocarcinoma mucinoso, un tipo de cáncer de ovario extremadamente raro que afecta solo al 3 % de los pacientes con esta enfermedad.

Para minimizar los riesgos de muerte, Keesha se sometió a la extracción de ambos ovarios, el útero, el cuello uterino y el apéndice. La joven señaló que todo esto se hubiera podido evitar con un diagnóstico temprano. 

“Me dijeron que todos mis controles estaban bien y que todo estaba sano, a pesar de que el médico de cabecera nunca me vio cara a cara, y me dijeron que vigilara lo que comía y hacía ejercicio, ya que mi IMC era perfecto, pero la circunferencia de la cintura era muy grande", explicó.