Luego de una campaña electoral en la que las difamaciones entre candidatos fueron pan de cada día, Iván Duque Márquez obtuvo la mayoría de votos que lo convirtieron en nuevo huésped del Palacio de Nariño y con eso, se ponía fin a la era Santos que dejó al país inmerso en un proceso de paz cuya ratificación en los hechos se esperaba prontamente.
¿Pero quién era Iván Duque Márquez en el momento de decidir qué candidato era el más adecuado para manejar las riendas de la República?, ¿Con qué experiencia contaba?
Estas preguntas se hacían la mayoría de colombianos para quienes el nuevo presidente era prácticamente un desconocido. Iván Duque Márquez no era ajeno a la política y menos a su ambiente porque su padre, Iván Duque Escobar fue gobernador del departamento de Antioquia de 1981 a 1982, Ministro de Minas del gobierno Betancur, en el cual se le criticó su falta de atención al riesgo de tragedia que representaba el Volcán Nevado del Ruíz y que posteriormente sepultó a la población de Armero, Tolima en 1985. También fue Registrador Nacional del Estado Civil en el gobierno de Andrés Pastrana Arango.
Iván Duque Márquez, bogotano y militante del partido Centro Democrático, fue Senador de la República en el período de 2014 a 2018 y su protector político fue Álvaro Uribe, quién como mentor estuvo al frente de su candidatura, generando la noción de que ante la eventual victoria de Duque Márquez, sería el verdadero poder detrás del poder.
Junto con Duque Márquez, Gustavo Petro Urrego componía la dupla con más opción para alzarse con el triunfo electoral pero la campaña estuvo protagonizada más por los insultos que por el verdadero debate político de ideas y soluciones, tan necesarias para el país. Duque Márquez y su partido, Centro Democrático, tildaron a Petro Urrego de encarnar las ideas castro chavistas que convertirían a Colombia en una nueva Venezuela y Petro Urrego contragolpeó afirmando que Duque Escobar no era más que una marioneta de Álvaro Uribe Vélez para retornar a la extrema derecha en el poder y dar al traste con el proceso de paz con las Farc.
Estas preguntas se hacían la mayoría de colombianos para quienes el nuevo presidente era prácticamente un desconocido. Iván Duque Márquez no era ajeno a la política y menos a su ambiente porque su padre, Iván Duque Escobar fue gobernador del departamento de Antioquia de 1981 a 1982, Ministro de Minas del gobierno Betancur, en el cual se le criticó su falta de atención al riesgo de tragedia que representaba el Volcán Nevado del Ruíz y que posteriormente sepultó a la población de Armero, Tolima en 1985. También fue Registrador Nacional del Estado Civil en el gobierno de Andrés Pastrana Arango.
Iván Duque Márquez, bogotano y militante del partido Centro Democrático, fue Senador de la República en el período de 2014 a 2018 y su protector político fue Álvaro Uribe, quién como mentor estuvo al frente de su candidatura, generando la noción de que ante la eventual victoria de Duque Márquez, sería el verdadero poder detrás del poder.
Junto con Duque Márquez, Gustavo Petro Urrego componía la dupla con más opción para alzarse con el triunfo electoral pero la campaña estuvo protagonizada más por los insultos que por el verdadero debate político de ideas y soluciones, tan necesarias para el país. Duque Márquez y su partido, Centro Democrático, tildaron a Petro Urrego de encarnar las ideas castro chavistas que convertirían a Colombia en una nueva Venezuela y Petro Urrego contragolpeó afirmando que Duque Escobar no era más que una marioneta de Álvaro Uribe Vélez para retornar a la extrema derecha en el poder y dar al traste con el proceso de paz con las Farc.
Iván Duque Márquez fue elegido en segunda vuelta electoral con el 54% del total de la votación, derrotando a Petro Urrego por casi tres millones de votos y de paso convertirse en uno de los presidentes más jóvenes en la historia de Colombia con 42 años.
Duque Márquez tomó posesión del poder pretendiendo mostrar una imagen de personaje independiente en cuanto a política y toma de decisiones pero el protagonismo de Álvaro Uribe Vélez opacaba esta intención, pues sus opiniones y declaraciones frente a temas de importancia nacional hacían ver al recién electo presidente sin imagen de autoridad.
Algunos analistas han cuestionado los titubeos del presidente en materia económica, pues en campaña prometía no elevar ni subir impuestos pero ya en el poder, afirmó lo contrario, porque pretendía grabar la canasta familiar con IVA pero luego se retractó. A finales del 2018 realizó un incremento al salario mínimo de los trabajadores y anunció incremento de impuestos en licores y bebidas gaseosas.
El nuevo presidente ha centrado gran parte de su discurso en denunciar la grave situación de los venezolanos que han salido de su país huyendo de la dura realidad económica instalándose precariamente en Colombia, para lo cual solicitó ayuda internacional logrando hacer eco en distintos países como los Estados Unidos que prometió una partida económica para atender el suceso.
Duque Márquez ha basado su política internacional en cuestionar y realizar permanentes críticas al gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela considerándolo un régimen arbitrario y promoviendo entre los países latinoamericanos un distanciamiento contra el gobierno dictatorial. Junto con el presidente chileno Sebastián Piñera promueven la creación de un ente que remplace a la Unasur, dejándola sin efecto y accionar alguno.
A pesar de que Duque Márquez no fue defensor de la salida negociada al conflicto tampoco pretendió acabar lo acordado pero enfatizó en vigilar el cumplimiento de cada compromiso adquirido por las partes y comprometerse en aceptar mesas de diálogo con el ELN solo si esta guerrilla daba muestras reales de paz.
El 17 de enero de 2019 un atentado en la ciudad de Bogotá por medio de carro bomba acabó con la vida de 21 personas e hirió a cerca de 70 en la Escuela de Cadetes de la Policía General Santander, informes de inteligencia señalaron a milicias urbanas del ELN como responsables del fatídico hecho que según su alocución televisiva, sería respondida con autoridad total y convocando a todos los componentes del estado a la unidad nacional para enfrentar al terrorismo.