Ciclismo

Por: Juan Carlos García Sierra • Colombia.com

Vuelta a Colombia: los apodos que hicieron inmortal a la tradicional carrera nacional

La Vuelta a Colombia es la competencia ciclística más tradicional del país y los apodos de sus participantes la han hecho inmortal.

Miguel Ángel 'Superman' López debe su fama a su calidad deportiva y a su particular apodo. Foto: Youtube
Miguel Ángel 'Superman' López debe su fama a su calidad deportiva y a su particular apodo. Foto: Youtube

La Vuelta a Colombia es la competencia ciclística más tradicional del país y los apodos de sus participantes la han hecho inmortal.

La Vuelta a Colombia ya no es el evento que paralizaba a un país hasta hace casi 40 años cuando el deporte de las bielas era más popular, o cuando menos daba más alegrías que el fútbol, sin embargo, todavía se mantiene viva gracias al esfuerzo de nostálgicos que quieren convertirla en lo que fue y no debió dejar de ser: la competencia ciclística más importante del continente.

Épicas jornadas, gestas y héroes han inscrito páginas doradas desde 1951 en la Vuelta a Colombia, pero han sido los ciclistas, y en especial sus apodos, los que han hecho de esta competencia parte de la historia dorada nacional en donde ha quedado reflejada su idiosincrasia. 

Un noble muisca fue coronado en la primera Vuelta a Colombia

Un indomable se impuso en la primera edición de una carrera no hecha para ciclistas sino para verdaderos hombres, al final de 10 etapas, que más parecían la travesía de la campaña libertadora, un hombre con mote de líder indígena se impuso, el ´Zipa´ Efraín Forero.

Otro ‘Indio’, pero apache, se encargó de escribir páginas gloriosas de la historia de la Vuelta a Colombia, Martín Emilio ‘Cochise’ Rodríguez, quien sostuvo una gran rivalidad y nunca le dio ‘Papaya’ a Mario Vanegas, el nacido en Amagá cuyo sobrenombre hacía honor a la fruta de tierra caliente.

Un joven de Marinilla, Antioquia, Ramón Hoyos Vallejo, fue bautizado como ‘escarabajo’ porque no se quedaba colgado en las montañas, la fama de buenos escaladores de los ciclistas colombianos hizo que fueran denominados con el apodo original del ganador de 5 vueltas a Colombia y récord de etapas ganadas en una misma competencia con 12.

Una carrera no apta para miedosos

Siendo una competencia en la que la juventud imperaba, un abuelo de apenas 23 años dictó catedra y el ‘viejo patro’, José Patrocinio Jiménez, se llevó la edición de 1976.

La vuelta ha hecho honor a los capilares y el ‘peluca’ Arturo López despeinaba a sus rivales, la ley siempre presente con ‘el policía’ Reynel Montoya para que nadie sintiera miedo si aparecía ‘El espanto de Medianoche’, Federico Muñoz

Con la lengua afuera muchos luchaban por el primer lugar al frente del pelotón, pero pasaba ‘el rápido’ Israel Ochoa y ya no había chance, aunque su velocidad podía hacerle padecer como las contracturas musculares a Miguel ‘el calambre’ Puerto, que envidiaba al ‘Niño de Cucaita’, Rafael Antonio Niño porque no le dolía nunca nada y por eso tiene el récord de más vueltas ganadas con 6.

Cuando la vía estaba sucia por los crudos inviernos, no había problema porque en el lote rodaba Juan de Dios ‘el escobita’ Morales, aunque eso no preocupó nunca a Jorge Otálvaro porque él era un ‘chacho’ que no necesitaba de un ´licenciado’ como Fabio Parra.

Los mejores escaladores llevan diminutivos

Nelson Rodríguez jamás pidió cacao y con su sobrenombre ‘cacaíto’ ratificó que los ciclistas con apodos con diminutivos resultaron los mejores escaladores, o si no que lo diga Luis Herrera ‘el jardinerito’, primer ganador de una etapa del Tour de Francia por parte de un colombiano, campeón de la Vuelta a España en 1987, dueño de dos Dauphine Libére y dos camisas de pepas de la montaña en la ronda gala.

La vuelta a Colombia fue hecha para guapos, y Mario Martínez ‘remolacha’ nunca se puso colorado, el ´Cóndor’ Álvaro Pachón voló muy alto, Víctor ‘chicharra’ Niño alarmó con su calidad, y aunque la fortuna le fue esquiva, Norberto ‘mala suerte’ Cárdenas’ nunca se rindió.

Los corredores del lote querían ser tan elegantes como Roberto Cano ‘el sastre de Envigado’ y contar con un gregario como Carlos Emiro ‘la hormiguita’ Gutiérrez, pero si se trataba de dar pelea, Álvaro ‘el machete’ Castrillón era la mejor compañía.

Nadie se salvó de los apodos

Ómar Hernández parecía sabérselas todas y por eso le llamaban ‘zorro’, Israel Corredor no decía mentiras y le decían ‘Pinocho’, mientras que a su hermano Edgar ´el condorito’ Corredor ni siquiera le gustaban las tiras cómicas.

La Vuelta a Colombia fue la gran carrera por sus figuras y sus apodos y nadie se salvaba de que se le impusiera uno, así lo puede asegurar José Garcés, quien se negó a ellos, por eso quedó grabado para la historia como José ‘sin remoquete’ Garcés.