Poder mental: elemento clave en el éxito de la selección femenina Sub 20 de Corea del Norte

La selección femenina sub-20 de Corea del Norte se coronó campeona del torneo disputado en Colombia y derrotó en el estadio El Campín de Bogotá a la selección japonesa un gol por cero

El conjunto coreano fue superior a sus demás rivales durante toda la competencia destacándose por ser un equipo goleador, compacto en todas sus líneas y con enorme espíritu de lucha y juego colectivo, cualidades que a la postre le permitieron alzarse con el título.

Este trofeo de campeona orbital Sub 20 es el tercero que logran luego de los títulos alcanzados en el año 2006 en Rusia y 2016 en Papúa Nueva Guinea, y ahora con su victoria sobre las niponas en Bogotá, confirman que en esta categoría son potencia absoluta.

Algunos aseguran que el éxito de Corea del Norte se debe a la disciplina casi militar muy al estilo del régimen político de su país, sin embargo, el asunto va más allá de esto porque hace parte de un proceso muy bien estructurado que quiere hacer del fútbol femenino una de las caras amables del país y que le permita figurar en el contexto internacional por asuntos diferentes a la política.

El gobierno de Kim Jong ha sido determinante debido a que ha invertido en la formación de jugadoras, en la capacitación de técnicos y en el desarrollo del fútbol femenino en general, cuya premisa es poder competirle a los equipos europeos y sudamericanos, y, por supuesto, obtener títulos.

El modelo norcoreano de fútbol se basa en una preparación desde muy corta edad, es una formación que involucra una práctica permanente con el objetivo de realizar una un perfeccionamiento de la técnica y de las maneras de entrenarse.

El técnico de Corea del Norte, Ri Song Ho, manifestó que su país cuenta con un sistema integral de preparación que consta de varios periodos de preparación consistentes en meses de práctica y entrenamiento, no obstante, no todo se basa en el aspecto físico y táctico, pues se enfocan de gran forma en la preparación mental haciendo que las jugadoras crean que pueden obtener la victoria gracias a sus capacidades a su preparación y en especial a su juego colectivo.

Colombia tiene en Corea del Norte un modelo para seguir, pero esto no es solo un asunto de experiencias foráneas, sino de una verdadera convicción para potenciar el gran nivel que tienen nuestras jugadoras y competir de tú a tú con las grandes selecciones y no quedar a medio camino como sucedió en esta oportunidad en el campeonato disputado en Colombia.