Por: Juan Carlos Garcia Sierra • Colombia.com

El inolvidable gol marcado por un fantasma en el juego Santa Fe vs Pereira de 1989

Un gol fantasma sirvió para que Santa Fe se impusiera a Pereira por la mínima diferencia un 30 de abril de 1989 en el estadio Nemesio Camacho ´El Campin´ de Bogotá.

Héctor Ramón ´Rambo´ Sosa marcó un gol que jamás existió. Foto: Pixabay youtube
Héctor Ramón ´Rambo´ Sosa marcó un gol que jamás existió. Foto: Pixabay youtube

Un gol fantasma sirvió para que Santa Fe se impusiera a Pereira por la mínima diferencia un 30 de abril de 1989 en el estadio Nemesio Camacho ´El Campin´ de Bogotá.

El VAR es el protagonista del ambiente mundial del fútbol en los últimos años y muchas polémicas se han generado sobre los encargados de su utilización, porque son más los conceptos y las opiniones que este recurso no es malo, pero muchas veces sí lo es las decisiones tomadas por los encargados de ejecutarlo.

La polémica generada por la anulación de un gol legítimo del colombiano Luis Díaz del Liverpool ante el Tottenham sigue viva, aunque en ella el VAR no tuvo nada que ver porque ni siquiera se solicitó su revisión por parte del juez central del cotejo, se pone de manifiesto que el ser humano es susceptible en gran forma a los errores de apreciación e interpretación.

Muchos aseguran que si el VAR hubiese existido desde hace décadas goles como el de Inglaterra ante Alemania en el Mundial del 66 o el de Diego Maradona hecho con la mano a Peter Shilton en México 86 hubiesen sido anulados, pero existen otros que sin necesidad de ningún tipo de adelanto o ayuda tecnológica, sino a ´puro ojo´, son simples de anular o convalidar.

Una de las jugadas más curiosas del fútbol colombiano sucedió un 30 de abril del cada vez más lejano 1989 cuando en el estadio Nemesio Camacho ´el Campin´ se disputaba un encuentro por el torneo rentado entre el dueño de casa, el Independiente Santa Fe y el Deportivo Pereira.

Un Rambo que disparaba goles

Santa Fe contaba con jugadores jóvenes que luego descollaron en el fútbol nacional e internacional como Eduardo Niño, Fredy Rincón, el ´pollo´ Díaz y un argentino con pinta de mercenario cinematográfico surgido en River Plate y que marcó la friolera de 135 goles en Colombia, Héctor Ramón ´el Rambo´ Sosa.

Por el lado matecaña un joven director técnico, el paraguayo Gerardo González Aquino, de grata recordación en el América de Cali porque fue el bastión del mediocampo escarlata durante muchos años, se encargaba del equipo que hasta hace poco peleaba para meterse entre los grandes de la Copa Libertadores de América.

Una incursión del Rambo Sosa en el área del Pereira dejando rivales al estilo del héroe de guerra contra el vietcong terminó con un suave remate del argentino a la meta del ex América de Cali, Reynel Ruiz, pero el defensor Heberth González despejó el peligro rechazando.

Hasta ahí todo normal, opción cardenal conjurada, pero el árbitro del compromiso Manuel Castro señaló el centro de la cancha en señal de que había sido marcado un gol, algo que no parecía  sacado de una película de Rambo, sino de ciencia ficción, porque el gol que vio el árbitro no lo vio nadie más.

Luego de que el árbitro señalara el gol los jugadores de Santa Fe decidieron aprovechar el ´papayazo´ y celebrar lo que nunca fue, mientras todo el Deportivo Pereira pedía explicaciones al réferi, porque el gol no fue rechazado en la raya sino unos metros antes, justo pasando las cinco con cincuenta.

De no ser porque el partido se jugó en un día soleado, se hubiese podido afirmar que en el estadio con apenas 5.000 aficionados ´asustaban´, porque los fantasmas aparecieron para hacer que se convalidara el ´gol no gol´ más famoso de la historia del fútbol colombiano, tan increíble que hasta los mismos hinchas del Santa Fe gritaban que no había sido gol.

Finalmente, en una actitud admirable, el técnico González Aquino pidió calma a su gente y se resignó a aceptar que un gol marcado por los espíritus chocarreros había sido convalidado por el juez central, el que a la postre significó la victoria temporal del expreso rojo sobre el de la perla del Otún, porque los amarillos y rojo empataron al final.