¡De arco a arco y bajo la tormenta! El gol imposible de Enrico que hizo explotar a San Telmo

El fútbol suele regalar momentos inesperados que superan la lógica y alimentan la pasión popular. Eso fue lo que ocurrió en la Isla Maciel durante la fecha 33 de la Primera Nacional, cuando Joaquín Enrico, arquero de San Telmo, se convirtió en protagonista absoluto con un gol pocas veces visto: anotó un gol desde su propio arco.

El encuentro ya tenía a los hinchas locales de buen ánimo tras el tanto inicial de Nicolás Morro, capitán del Candombero, quien a los 24 minutos de juego abrió el marcador con un certero cabezazo. Apenas cuatro minutos después, llegó la jugada que cambiaría la tarde. Enrico sacó de volea desde su área y, ayudado por las ráfagas de viento que soplaban sobre Buenos Aires, la pelota recorrió toda la cancha, botó en las inmediaciones del área rival y se coló en el arco de Milton Álvarez, desatando la euforia de los presentes.

El tanto sorprendió a todos, incluso al propio arquero, que no ocultó su incredulidad mientras era rodeado por sus compañeros. Con apenas 23 años y una carrera en pleno crecimiento, Enrico vivió un momento inolvidable que lo inscribe en la lista de arqueros goleadores, un grupo selecto en la historia del fútbol.

Las tribunas, mojadas por la intensa lluvia, estallaron en un grito unánime. El gol no solo significó aumentar la ventaja en el marcador, sino también darle un tinte épico a una tarde difícil por las condiciones climáticas. “Fue increíble, la pelota voló más de lo que esperaba”, comentó Enrico tras el partido, todavía asombrado por lo sucedido.

Más allá del resultado parcial que encaminó la victoria del conjunto dirigido por José María Bianco, la anotación de Enrico ya se considera una de las jugadas más impactantes de la temporada en el ascenso argentino. Una escena que combina azar, técnica y un contexto climático adverso, perfecta para alimentar la mística de un torneo que suele brindar historias únicas.

Para Gimnasia de Jujuy, el golpe fue doble: deportivo y anímico. El equipo no logró reaccionar tras la insólita jugada y quedó retratado como testigo involuntario de una de las postales más comentadas de la jornada futbolera.

San Telmo, por su parte, celebró mucho más que tres puntos: festejó la magia de lo imprevisible, esa que permite que un arquero se convierta en héroe inesperado.