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Por: Leonardo Alarcón • Colombia.com

Once Caldas: Luis Fernando Montoya recibió, por fin, el dinero que el blanco, blanco le debía desde 2004

Luis Fernando Montoya dirigió al Once Caldas en 2004 y levantó con el Blanco, blanco la Copa Libertadores.

Luis Fernando Montoya conquistó América en 2004. Foto: Instagram Luis Fernando Montoya
Luis Fernando Montoya conquistó América en 2004. Foto: Instagram Luis Fernando Montoya

Luis Fernando Montoya dirigió al Once Caldas en 2004 y levantó con el Blanco, blanco la Copa Libertadores.

Primero de julio de 2004, arco sur del estadio Palogrande de Manizales. Frente al balón, Arnulfo Valentierra, uno de esos jugadores cuyo carácter al momento de cobrar un penal, lo hacía casi infalible… Esa noche lo falló: Aunque lo cobró como acostumbra, Abondanzieri lo aguantó y reventó el balón contra la tribuna.

En el banco todo era sufrimiento, sobre todo para aquel antioqueño de 46 años que la vida había puesto en aquel Once Caldas, luego de un paso por las selecciones Colombia juveniles y el banco de Atlético Nacional. Nadie sabía cómo lo había hecho, pero había puesto a un equipo modesto, de una ciudad pequeña de Colombia, en la final de uno de los torneos de clubes más importantes del mundo y ante uno de los mejores equipos del mundo de aquella época.

Dejó atrás al Barcelona de Guayaquil en octavos y a los encopetados brasileros Santos y São Paulo en cuartos y semis y ahora tenía en frente al gigantesco Boca Juniors de Carlos Bianchi y había logrado llevar el juego hasta la definición desde el punto penal. Así, tras el fallo de Valentierra todo parecía que se venía abajo.

Y entonces llegó un juvenil Elkin Soto, que después se vestiría con la camiseta de Colombia y se ganaría el apodo de “El Sultán”. El cobro del zurdo fue a la mano izquierda de Abondanzieri, quien, aunque se adelantó, no pudo detener el cobro, por lo que el blanco, blanco se iba arriba en el marcador y regresaba el alma al de Caldas, Antioquia.

Los fallos de Nicolás Burdisso primero y Franco Cángele después, convirtieron aquella velada en una jornada histórica, que terminaba con aquel pequeño equipo de las montañas cafeteras de Colombia, en el mejor de todo un continente. 5 meses y 11 días después, el ya mundialmente famoso Once Caldas, se midió al Porto de Portugal en otra noche épica.

También por penaltis, pero ahora con menos suerte que aquel día en el Palogrande, Luis Fernando Montoya perdía la Copa Intercontinental de Clubes ante el Porto de Portugal. Pero lo más grave, lo inaudito, ocurrió 10 días después cuando, intentando defenderse de un atraco en su casa, el histórico estratega recibía una herida de bala que lo dejaría de por vida en una silla de ruedas.

Dicen que el entrenador recibió ofertas de Racing de Avellaneda, de Atlético de Madrid y de la Roma, pero todo esto se fue como agua entre los dedos. Para colmo, el equipo al que había llevado hasta lo más alto, no terminó de pagarle la liquidación, luego de que este hubiese, por evidentes razones, terminado el contrato con la entidad manizalita.

Ahora, según se supo a través de los micrófonos del VBar de Caracol Radio, el equipo caldense por fin se había puesto al día en este pago, que se realizaba sobre $1,328,000, que era el salario del entrenador en aquel 2004, más lo correspondiente a premios y gastos de representación, que sumaba $13,672,000.

Por lo pronto, Luis Fernando Montoya, conocido en Colombia como el Campeón de la Vida, vive tranquilo y comúnmente es consultado, pues seguramente es uno de los hombres que más entiende de fútbol en el país. Su hazaña pasó a la historia y se volvió un caso de estudio y un ejemplo de lo que se puede lograr, cuando hay convicción.

Aquí la información sobre la deuda de Once Caldas con el profe Montoya. Foto: Twitter @CaracolDeportes