Por: Leonardo Alarcon • Colombia.com

Libis Arenas: De ser el futuro portero de selección Colombia, a terminar con las manos vacías

Libis Arenas pintaba como el próximo portero de Selección Colombia, a mediados de la década de los 2000. Sin embargo, el futbolista nunca pudo consolidarse.

Colombia se quedó con el Sudamericano 2005. Foto: Twitter @HINCAPIEDATOS
Colombia se quedó con el Sudamericano 2005. Foto: Twitter @HINCAPIEDATOS

Libis Arenas pintaba como el próximo portero de Selección Colombia, a mediados de la década de los 2000. Sin embargo, el futbolista nunca pudo consolidarse.

Estadio Palogrande de Manizales, febrero 6 de 2005. En Colombia se jugaba el Sudamericano Sub 20, donde desplegaba una selección colombiana que después traería los más lindos recuerdos dentro del fútbol masculino, en su categoría absoluta. En esa ocasión, dirigidos por Eduardo Lara, un grupo de incipientes futbolistas busaca abrirse paso en el dinámico y muchas veces ingrato universo del fútbol profesional.

Dentro de aquel equipo había varios nombres ahora bien conocidos: Hugo Rodallega, Falcao García, Camilo Zúñiga, Dairo Moreno, Juan Carlos Toja, Harrison Otálvaro, Sebastián Hernández… etcétera. Este equipo se convirtió en el segundo en llevarse un Sudamericano, luego de que lo hiciera otra camada mágica en 1985.

Aquel 6 de febrero, Cristian Marrugo, otro viejo conocido y Hugo Rodallega, marcaron los dos goles con los cuales, 20 años después, Colombia volvía a levantar un torneo Sudamericano. Este terminó siendo la primera piedra de una generación que, sin duda, resultaría inolvidable. Pero recordando aún más a aquellos jugadores que se destacaron, sería imposible pasarle por encima a aquel que ahogó el grito de gol del rival.

Aquel jugador que, con el número 1 en su espalda, ayudó al equipo de Eduardo Lara a que se quedara con la copa, impidiendo la celebración del equipo de enfrente. Su nombre era Libis Arenas; un portero de gran estatura, oriundo de Istmina, un olvidado municipio al sur del departamento del Chocó.

Libis Arenas era el portero titular de aquella selección. Foto: Twitter @Charly_zapata1
Libis Arenas era el portero titular de aquella selección. Foto: Twitter @Charly_zapata1

Fue uno de los destacados, no por marcar goles sino por evitarlos. Su estatura, (187 cm) sin duda, le permitía volar de palo a palo sin despeinarse, convirtiéndose en el héroe del arco cafetero, en la hazaña del Palogrande. Después, el portero viajó junto al equipo e hizo parte de la selección que compitió en el mundial juvenil de Países Bajos, en ese mismo 2005.

Sus actuaciones en la portería tricolor le valieron el tiquete al extranjero, donde llegó a firmar con la Lazio, uno de los dos equipos grande de esta región del corazón italiano, junto con la Roma. Sin embargo, aquí todo empezó a descender para el gran portero istmineño, quien alguna vez confesó que su vida se le fue de las manos, luego de no poder controlar su propia fama.

Tuvo un breve paso por el club español de Mérida, donde jugó cedido en el Central español. Entonces, el rastro del gran portero empezó a perderse. Volvió a América para jugar con el Sportivo Luqueño de Paraguay y de ahí saltó y anduvo por el Deportivo Pereira, el Peñarol de Uruguay, el América de Cali, Patriotas de Boyacá, Independiente Santa Fe y Fortaleza.

Su última experiencia como profesional fue en segunda división ecuatoriana, con Olmedo, tras lo cual colgó los guantes. En selección Colombia no lo volvimos a ver… Y esto es porque, Aquel 6 de febrero de 2005, cuando como arquero titular celebraba la obtención del segundo título sudamericano juvenil con Colombia, alguien más, mucho menos conocido, celebraba con el resto del equipo. Un tal David Ospina Ramírez.