Dermatólogos se explican por qué no debemos secarnos la cara con la toalla del cuerpo

Secarse el rostro con la toalla del cuerpo es una práctica común en muchas personas; no obstante, la mayoría desconocen los efectos adversos que este hábito puede tener.

La piel del rostro es una de las más sensibles y de las más expuestas a factores dañinos como la contaminación y los rayos del sol, por ello, merece un cuidado especial y eso uso de productos específicos. 

Expertos en dermatología y cosmética señalan que las toallas que usamos para las manos y el cuerpo suelen acumular muchas bacterias que pueden ser llevadas al rostro provocando efectos adversos y reacciones. 

“Las toallas o toallones que usamos a diario para secarnos la cara y el cuerpo son caldo de cultivo de toda clase de bacterias y hongos, y acumulan células de piel muerta y secreciones salivales entre otras cosas que expide el cuerpo humano”, destaca la web especializada en cuidado de la piel Clave Rouge.

¿Cómo conservar la toalla del rostro? 

En ese sentido, tener una toalla específica para el rostro es esencial para evitar brotes de acné, acumulaciones de suciedad y alergias. Esta toalla debe ser lavada con frecuencia y almacenada en un lugar fresco y seco. 

La recomendación de los especialistas es evitar mantener las toallas mojadas por mucho tiempo o guardarlas en zonas con humedad, ya que estas condiciones favorecen la reproducción de microorganismos. 

“Las toallas mojadas atraen muchas partículas microbioticas, ya que tienen muchos de los requisitos indispensables para alargar su vida como son: residuos celulares, agua, temperatura cálida, oxígeno y ph neutro. Este ambiente que no es ni ácido ni alcalino, favorece su supervivencia y reproducción”, añaden los especialistas de la web citada. 

Los dermatólogos indican que las toallas deben ser de uso personal, ya que al compartirlas nos exponemos a contraer bacterias y hongos de otras personas. Es por este motivo que por ninguna razón debemos usar las toallas reutilizables de los baños públicos, ni siquiera para secarnos las manos. 

¿Cómo lavar y secar el rostro correctamente? 

1. Lava tus manos con agua y jabón antibacterial.
2. Moja tu rostro con agua tibia.
3. Aplica el jabón de tu preferencia. (Recuerda que debe ser adecuado para tu tipo de piel, ya sea seca, mixta o grasa)
4. Haz masajes circulares suaves con la yema de los dedos. 
5. Para una mayor limpieza, usa un cepillo especial para el rostro.
6. Enjuaga con abundante agua tibia.
7. Seca todo el rostro a toques suaves con la toalla limpia. (Evita la fricción para no provocar irritaciones ni arrugas prematuras).