Juan Palau y su fundación Mambart brindan segundas oportunidades a privados de la libertad al ritmo de música
El cantante colombiano Juan Palau está creando segundas oportunidades para los privados de la libertad en Bogotá.
El cantante colombiano Juan Palau está creando segundas oportunidades para los privados de la libertad en Bogotá.
La Cárcel Distrital de Varones y Anexo de Mujeres de Bogotá, suele ser un lugar en donde se cree que muchas vidas terminaron, pero también es el lugar en donde las segundas oportunidades nacen, con notas musicales y el talento de los privados de la libertad, el ruido de los patios se terminó.
Durante cuatro meses, “Free Music By Mambart”, una iniciativa de la Fundación Mambart en alianza con la Cámara de Comercio de Bogotá, transformó vidas a través de la música y le dieron a varias personas la posibilidad de ver la vida de otra manera y de imaginar un futuro mejor, no solo para ellos sino para sus familias.
Nacida con el propósito de brindar segundas oportunidades a la población privada de la libertad, Mambart ha demostrado que el arte es un puente hacia la esperanza. Este programa reunió a 60 internos, quienes, semana tras semana, recibieron clases impartidas por profesionales de la industria musical.
Con pasión y dedicación, los participantes aprendieron a convertir sus historias en canciones y a vislumbrar un futuro fuera de las rejas, pero además fue una forma en la que pudieron tener voz.
El taller no solo ofreció conocimientos técnicos; también permitió que los asistentes obtuvieran la certificación del ‘Diplomado Gestor en Desarrollo de Talentos’, otorgada por la Uniagustiniana.
Sin embargo, la verdadera magia ocurrió en la recta final: 10 propuestas destacadas fueron seleccionadas para competir frente a un jurado de lujo, conformado por figuras como Esteban Rojas y Camila Páez, entre otros.
El ganador de la competencia fue Rivero García Wuinder de Jesús, quien por su talento conseguirá ser recompensado con la producción de una canción, un videoclip y su promoción en medios de comunicación. Para él, y para muchos otros, esta oportunidad representa mucho más que un premio, es la posibilidad de tener una segunda oportunidad con su historia.
“Free Music By Mambart” no busca formar músicos, sino inspirar a soñar de nuevo a quienes a pesar del talento vieron sus vidas terminar, pero ven en el arte una llave para abrir nuevos caminos, Colombia.com habló con Juan Palau, para saber conocer de primera mano la labor de su fundación y cómo está transformando vidas.
1. ¿Cómo fue tu experiencia al participar en un proyecto como "Free Music By Mambart", que busca transformar vidas a través de la música en la Cárcel Distrital?
Participar en el proyecto fue una experiencia muy bonita y muy enriquecedora para mí como persona y como artista, saber que a través del arte y de la música podríamos llegar a personas en condición de vulnerabilidad, en este caso en la cárcel, pero también en el taller que estamos llevando a cabo en Ciudad Bolívar, fue algo muy bonito ver como el poder de la música puede dar nuevas oportunidades y dar libertad en medio del encierro.
2. ¿Por qué crees que la música tiene el poder de generar segundas oportunidades y transformar realidades tan complejas como las de la población privada de la libertad?
Mientras estás en un aula en torno a la música, tu mente se dispersa y se relaja totalmente, es una terapia, la música es una terapia, encontrar un nuevo mundo, es libertad de expresión a través de as letras a través de las armonías y de los instrumentos, es una desconexión total que te aleja de los problemas y de la realidad oscura en la que te puedas encontrar, entonces siento que para los privados de la libertad ha sido muy maravilloso y lo vimos con el resultado fina del taller en el que encontramos talentos impresionantes y puestas en escena increíbles.
3. ¿Qué impacto percibiste en los participantes durante los cuatro meses del taller? ¿Hubo algún momento o historia que te haya marcado especialmente?
Se sintió mucho el cambio de cada uno de los participantes, como mes a mes iban cambiando su energía, su forma de pensar, su forma de ver la vida, sus objetivos de vida al salir.
Una historia que a mí en particular me marco mucho fue un privado de la libertad del cual me reservo su nombre, que me dijo, “es primera vez en la vida que voy a salir de un reclusorio a intentar hacer otra cosa, es primera vez en mi vida que no estoy pensando en delinquir, sino en buscar otras oportunidades”, y es que no es precisamente que salgan a ser artistas, sino que gracias a la música y al arte su mentalidad cambia para bien y se han sembrado semillas muy positivas para salir a buscar otras opciones, cambiar puntos de vista y cambiar el mundo de la persona que toma el taller.
4. Como artista, ¿qué significa para ti que una canción y un videoclip creados por estos talentos emergentes puedan ser producidos y promovidos en medios de comunicación?
Para mí como artista significa demasiado que las canciones y vídeos que les hagamos a estos privados de la libertad sean expuestas en medios como Colombia.com, que estén en plataformas digitales, que la gente pueda entrar, pero también que su familia pueda entrar y ver su vídeo, para mí es muy gratificante porque es reafirmar que la música no tiene límites ni fronteras y puede romper cualquier barrera.
5. ¿Qué desafíos y aprendizajes crees que enfrentaron los 60 participantes al recibir clases y asesorías de expertos de la industria musical?
Son desafíos muy grandes, muchos enfrentarse a un mundo totalmente nuevo, historia de la música, aprender a tocar instrumentos, cómo funciona la industria.
Sentarse todo un día a tomar clases, disciplina, enfoque, recibir instrucciones, cumplir con tareas y deberes, creo que ese es de los mayores retos, ver como dejaban el mundo difícil y hostil afuera para desconectarse y salir de su realidad por un rato, era lo que más queríamos y fue el reto para nosotros y para ellos.
6. Desde tu perspectiva, ¿cómo se puede asegurar que proyectos como este tengan continuidad y un impacto duradero en las vidas de los participantes?
Haciéndolos visibles a nivel nacional y aprovecho este espacio para agradecer por la oportunidad que nos dan de hablar Mambart junto a la Cámara de Comercio de Bogotá y agradecerles a ellos por ser nuestros aliados en este proyecto porque es la forma de hacerlos vigentes en el tiempo, que estas entidades nos sigan apoyando económicamente, que más empresas públicas y privadas se vinculen al proyecto con donaciones, con financiación y nuestro objetivo es que esto sea autosostenible con recursos que genere la música.
7. ¿Qué mensaje le darías a los futuros gestores que presentaron sus propuestas en la recta final del taller y sueñan con una carrera musical?
El mensaje que le doy a los participantes que no “ganaron” entre comillas porque fueron ganadores por tomar el taller, es que no se rindan, que la música es un espacio increíble de expresión, de libertad, que si volvemos a hacer el taller bienvenidos, que la música y las oportunidades son para todos y saben de lo que son capaces de hacer, no se rindan y sigan trabajando.
8. ¿Qué papel deberían jugar las instituciones y la sociedad para apoyar más iniciativas que, como "Free Music By Mambart", promueven la resocialización y los sueños a través del arte?
Es no juzgar, a veces cuando nos acercábamos a algunas empresas lo primero era decir “porque vamos a ir a una cárcel si hay gente afuera que lo necesita” yo creo que es partir de ahí, la gente de la cárcel no solo hay que juzgarla y ya hay que ayudarla para que no salgan a cometer el mismo error, que su estadía en la cárcel sea más amigable y constructiva, no degenerativa, que puedan salir adelante y soñar con un mejor mañana.