Agujero LID-568 es uno de los más grandes luego del Big Bang: ¿Cómo se descubrió?
Astrónomos descubren un agujero negro supermasivo que se formó apenas 1.500 años después del Big Bang.
Astrónomos descubren un agujero negro supermasivo que se formó apenas 1.500 años después del Big Bang.
Nuestro sistema solar está rodeado de cuerpos celestes que en diferentes casos han podido ser amenazas para los planetas, pero con observación y avances tecnológicos se han podido manejar, sin embargo, recientemente se ha descubierto un gigantesco agujero negro.
Nombrado como LID-568 lo descubrió un grupo de astrónomos del equipo de Hyewon Suh del Observatorio Internacional Gemini/ NSF NOIRLab, con ayuda del telescopio James Webb que ha sido uno de los más importantes y recientes que brinda diferentes imágenes de las galaxias y estrellas, que gracias a su luz infrarroja logra captar sucesos que no se pueden ver a simple vista.
Este agujero negro generó gran intriga por la emisión de rayos X, por ende se utilizó el espectrógrafo de campo integral en el NIRSpeck del James Webb, para poder obtener una mejor visualización de cada pixel en el campo de visión obtenido en lugar de ver solo una parte, pues si el telescopio o se hubiese podido llegar a tal visión, además por el ambiente tenue.
“Debido a su naturaleza tenue, la detección de LID-568 hubiera sido imposible sin el JWST. El uso del espectrógrafo de campo integral fue innovador y necesario para realizar nuestra observación”, afirma Emanuele Farina, astrónomo del Observatorio Internacional Gemini/NSF NOIRLab y coautor del artículo que aparece en Nature Astronomy.
Esto podría dar como respuesta que el gas caliente domina la emisión de los infrarrojos, con evidencia poco significativa de actividad al momento en que se forman las estrellas, además contrasta con la mayoría de otras galaxias que se oscurecen debido al polvo o al alto color rojizo que puede aparecer al momento en que hay estallidos estelares, pues este descubrimiento se muestra como una estrella roja.
Este agujero negro es un descubrimiento que ha generado impacto debido a la velocidad en que se alimenta de materia, haciendo una relevancia con la cantidad de luminosidad que este puede alcanzar, pues su fuerza de gravedad interna y la presión externa que genera por el calor de la materia comprimida hace que todo permanezca en equilibrio. Los datos recogidos de este agujero hacen que se obtenga mayor conocimiento de su formación, tanto así que “una parte significativa del crecimiento de masa puede ocurrir durante un único episodio de alimentación rápida, independientemente de si el agujero negro se originó a partir de una semilla ligera o pesada”, dice Suh.
Durante la recolección de datos y antes de la explosión del super-Eddington se calculó el crecimiento de la masa por medio de una ecuación más la radiación. Allí se evidencia que “este escenario de crecimiento es factible solo si el agujero negro permanece incrustado dentro de una nube molecular gigante y acreta toda la nube sin alterar sustancialmente el radio de Bondi debido a la retroalimentación.” Según el estudio.
Para seguir observando el comportamiento del agujero negro será indispensable el Telescopio Espacial James Webb, pues es posible el agujero LID-568 transite por tasas de acreción altas que a su vez tenga flujo de salida que suprimen su formación estelar en su galaxia, esto podría ser una explicación de la presencia de los agujeros negros sobremasivos que se hospedan en galaxias con masas bajas en el Universo.
Este agujero está asociado con una sobredensidad de galaxias, sin embargo, debido a la escasez de corrimientos al rojo en LID-568 no es posible descartar la pertenencia a una estructura de menor masas y el rastreo puede fallar al no lograr detectar aquellos que pasen por el hidrógeno neutro. Las observaciones futuras que se realicen al agujero negro LID-568 y sus alrededores, así como fuentes similares, podrán ayudar a los astrónomos a “cuantificar mejor los entornos en los que residen”.