Por: Jessica Mutis • Colombia.com

Estudio revela que las abejas son juguetonas por naturaleza

Científicos londinenses pusieron a prueba a un grupo de abejas, quienes hicieron rodar repetitivamente una serie de pelotas de madera.

Científicos londinenses pusieron a prueba a un grupo de abejas, quienes hicieron rodar repetitivamente una serie de pelotas de madera. Foto: Youtube  Samadi Galpayage
Científicos londinenses pusieron a prueba a un grupo de abejas, quienes hicieron rodar repetitivamente una serie de pelotas de madera. Foto: Youtube Samadi Galpayage

Científicos londinenses pusieron a prueba a un grupo de abejas, quienes hicieron rodar repetitivamente una serie de pelotas de madera.

Los expertos de la Universidad Queen Mary de Londres descubrieron este comportamiento en los insectos, quienes tienen un comportamiento de juego con objetos importante. Fue exactamente en la especie de abejorros, los cuales fueron parte de una serie de numerosos experimentos para probar la hipótesis, llegando a la conclusión de que estos se esforzaron por hacer rodar bolas de madera repetidamente a pesar de que no había ningún incentivo aparente para hacerlo.

Por otra parte, tuvo que ver al parecer la longevidad pues las abejas más jóvenes hacían rodar más bolas que las abejas más viejas, simulando el comportamiento humano de los niños pequeños y otros mamíferos y aves juveniles siendo los más juguetones, otro de los hallazgos importantes fue que las abejas machos hacían rodar las bolas durante más tiempo que sus oponentes femeninas. 

De acuerdo a la información suministrada por Lars Chitka, profesor de ecología sensorial y conductual en la Universidad Queen Mary de Londres, y autor del libro reciente 'La mente de una abeja', y autor principal de esta investigación, se deduce que la información proporciona una fuerte indicación de que las mentes de los insectos son mucho más sofisticadas de lo que se podría imaginar.

El experto quien ha estudiado estos insectos por bastante tiempo ha logrado comprender que no solo pueden contar, sino también seguir reglas y categorizar flores. En esta ocasión fueron 45 abejorros que se ubicaron en un pequeño recinto con opción de moverse por un camino sin obstrucciones para llegar a un área de alimentación o desviarse de esta ruta hacia las áreas con bolas de madera. Las abejas individuales rodaron bolas entre 1 y, sorprendentemente, 117 veces durante el experimento. El comportamiento repetido sugería que hacer rodar la pelota era gratificante.

Con esta prueba se llegó a la conclusión de que lo animales no lo hacían con otro propósito que no fuese el juego pues las condiciones del ambiente eran libres de estrés, no estaban en un contexto de supervivencia, como obtener comida, limpiar el desorden o aparearse. 

Cabe mencionar que este estudio se basó en experimentos anteriores del mismo laboratorio en Queen Mary, que mostraron que se puede enseñar a los abejorros a marcar un gol, haciendo rodar una pelota hacia un objetivo, a cambio de una recompensa de comida azucarada. 

Samadi Galpayage, estudiante de doctorado de la Universidad Queen Mary de Londres y autor del primer estudio afirmó en un comunicado  "En realidad, pueden experimentar algún tipo de estado emocional positivo, incluso si es rudimentario, como lo hacen otros animales más grandes, esponjosos o no tan esponjosos. Este tipo de hallazgo tiene implicaciones para nuestra comprensión de la sensibilidad y el bienestar de los insectos y, con suerte, alentará que respetemos y protejamos cada vez más la vida en la Tierra".