10 viajes que deberías hacer antes de enamorarte

Durante algunos años, décadas e incluso siglos, nos han vendido la idea de que, tanto mujeres como hombres, sólo llegan a cierto grado de realización cuando tienes a alguien a tu lado como compañía sentimental.

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No existen hombres completos ni mujeres rotas; tampoco hay soledades que se curen estrictamente con la pareja, ni éxitos que no se alcancen en la soltería. De hecho, hay cosas que el emparejamiento estropea con mayor fuerza que otras actitudes humanas. No estamos promoviendo una glorificación del ser soltero, pero creemos que se puede posibilitar un escenario diferente donde la vida de pareja no estropee absolutamente nada.

Si aún eres alguien que no ha conseguido al “amor de su vida” o simplemente no halla momentos ni maneras para estar con otro y los treintas ya tocan tu puerta, no te debes sentir mal por nada en el mundo. No hay que forzar las cosas. Si ha de pasar, se dará por sí solo.

Te recomendamos algo mejor, concéntrate en tener experiencias únicas e irrepetibles que te permitan continuar con tus días sin problemas superfluos de supuesta salud emocional. Quién sabe, quizá en uno de tus viajes puedas encontrar a una persona que te siga la corriente y comparta ese instinto aventuro.

En lugar de estar precipitando al enamoramiento, aquí te traemos una idea mejor. Agarra tus maletas y consigue un tiquete de avión a sitios que despierten otro tipo de magia en ti. Sitios como los que están a continuación, que pueden traerte alegría y asombro a cada paso.

1. Columpio del Fin del Mundo

En la ciudad de Baños, Ecuador, se encuentra un lugar fantástico, perfecto para un pícnic sol@ o entre amigos y mirar el horizonte con toda la cabeza llena de sueños.

Este sitio se llama la Casa del Árbol y cuenta con una vista impresionante del volcán Tunguranhua. Además, tiene un columpio que causa tanto asombro como escalofríos, ya que éste cuelga sobre la cornisa del lugar a 2.5 km del cráter.

2. Acantilado Trolltunga

Considerado como el "Mirador Mortal del Mundo", este acantilado en Noruega se formó hace 10 mil años durante la era glacial y su nombre significa “La lengua del duende”.

Para llegar a éste sitio, se debe caminar por un espacio de 4 horas en un ascenso de aproximadamente 900 metros. Nada imposible, pero en definitiva sólo para aventureros extremos; la belleza del lugar vale cada gota de sudor y sacrificio.

3. La piscina más grande

Esta piscina se encuentra al interior de un resort llamado San Alfonso del Mar, en Algarrobo, Chile. 

Este lugar tiene lo que seguramente muchos soñamos mientras fuimos niños: una piscina enorme, capaz de aceptar a cientos de turistas con el Océano Pacífico de fondo.

Querer meterse a esta piscina podría parecer una estupidez teniendo el mar a unos cuantos metros, pero ¿qué más felicidad que aquella que nos brinda un lujo extravagante?

4. Oktoberfest

Este es el festival de la cerveza más importante en Europa.

Múnich es el anfitrión y la cantidad de turistas que aquí se dan cita, ponen todo el ambiente necesario para la fiesta; sus fechas se atan estrictamente a los meses de septiembre y octubre, pero vale la pena esperar durante todo el año.

Se come y se bebe tan bien en esta celebración que ir a solas no implica un impedimento, siempre se conoce a alguien con quien pasar la noche.

5. Mirador de cristal

Chicago, la segunda ciudad siempre tan grandiosa e imponente con sus diseños urbanos y arquitectónicos que hablan de supervivencia, tiene entre sus rascacielos un edificio muy importante. Una torre que en el piso 103 tiene un mirador de cristal en sus balcones para tener una de las vistas más impresionantes en Estados Unidos. La Torre Sears te hará sentir tan vivo como pocas cosas en este planeta.

6. Globos aerostáticos

Este tipo de paseos, en realidad, lo puedes hacer en cualquier lugar del mundo; sin embargo, no hay mejor destino que Cappadocia, Turquía, para dejarte maravillar por los vuelos sobre las nubes, los palomares, huertos, viñedos y hermosos valles.

Las condiciones para elevarse en una de estas mágicas naves no se comparan con nada y la emoción que éstas suscitan puede combatir cualquier ansiedad o tristeza.

7. Salto en Bungee

Esta es una de las actividades más salvajes y liberadoras que se puede hacer en el mundo. Caer libremente a velocidades sorprendentes de una gran altura.

En Nueva Zelanda, exactamente en el puente de Kawarau, existe esa posibilidad de aventura que también puede entenderse como un rito de iniciación a la adrenalina, la libertad y el pulso sanguíneo al límite. Después de ese sentimiento, sólo queda estar a gusto consigo mismo.

8. Carnaval de Río

Dos palabras que vienen a la mente cuando escuchas sobre este festival latinoamericano: fiesta y colores.

En Brasil, la fechas que ocupa el gran carnaval de Río de Janeiro son la excusa perfecta para dejarse invadir por lo exótico y la alegría. Todo lo que se necesita cuando eres soltero y no quieres hundirte en depresiones absurdas.

9. Iglú de cristal

En Finlandia, donde el espectáculo natural que brindan las auroras boreales es una exquisitez imperdible, se encuentra una colonia de iglúes de cristal que sirven para el alojamiento de turistas durante uno de los viajes más fantásticos del mundo.

Son pequeñas habitaciones transparentes que están puestas ahí para no perderse ni por un segundo del fenómeno de las auroras.

10. Los Alpes

Por último, hemos dejado un bello lugar que puede ser un cliché que cargamos desde tiempos inmemorables, pero ir a esquiar en Suiza es una experiencia que no se le debería negar a nadie.

Como si se estuviera en medio de una narración fantástica, en un relato de la Tierra Media, no hay nada que enamore más que estar allí frente a una chimenea, tomando un chocolate caliente y mirando hacia el horizonte más pintoresco de Europa.

En realidad, esta lista de viajes la puedes hacer a cualquier edad y en una multiplicidad de condiciones; no obstante, si se hacen justo en esa transición del joven veinteañero al adulto confundido de escasos treinta, es muy probable que los miedos se vayan, que los prejuicios se desvanezcan en una nube de fortalezas. En vez de enamorarte a la fuerza, como es característico en nuestra generación.

¡Mejor viaja y asómbrate!

¡No dejes de ver!