Por: Camila Méndez Sastoque • Colombia.com

Jordán es el pueblo fantasma donde queda el puente que fue el primer peaje de Colombia

En las profundidades de Santander, Jordán es el pueblo olvidado, donde el silencio cuenta historias desoladoras y cautivadoras a la vez.

Foto: Vanguardia
Foto: Vanguardia

En las profundidades de Santander, Jordán es el pueblo olvidado, donde el silencio cuenta historias desoladoras y cautivadoras a la vez.

Colombia hace parte de los países más grandes de Suramérica y así como tiene múltiples encantos coloridos y culturales, también cuenta con algunos atractivos desolados y abandonados que llaman la atención de un público en especial.

Poder asistir a pueblo fantasmas es toda una aventura para muchos. Santander es turísticamente conocido por el Cañón del Chicamocha, sin embargo, también se encuentra un “pueblo fantasma”, casi desierto, sin hospitales, locales ni cementerios.  A este pueblo se le conoce como Jordán Sube y está ubicado a 42 kilómetros de Bucaramanga.

El silencio es lo único que alberga este lugar en el municipio, pues actualmente es uno de los más deshabitados del país, sin embargo, tiene un total de 1.047 habitantes, pero estos viven en la zona rural, por ende la parte urbana se encuentra completamente desolada.

Este destino caluroso se caracteriza por la tierra rojiza que proviene del Cañón, además, gracias al silencio se puede escuchar el sonido del río y nada más, las pocas personas que habitan allí, 56 en total, al parecer no suelen necesitar de cosas como centros comerciales, farmacias o mercados, ya que en la zona rural logran cosechar y obtener lo básico o necesario para vivir.

Para llegar allí solo hay una ruta de acceso y la única manera de entrar en transporte particular, a pie, a caballo o en burro. Para poder recorrer el pueblo será necesario pasar el Puente de Jordán, el cual se le considera uno de los viaductos colgantes más antiguos y emblemáticos del país, además es recordado por ser el primer peaje en Colombia.

Los habitantes de allí viven de la siembra de tabaco, café, frijol y frutas como chirimoyas y papaya, en cuanto a la niñez y la educación, se dice que las mujeres dejaron de tener hijos en este lugar debido a la falta de hospitalidad y las condiciones, en la zona rural los niños logran llegar a noveno grado.

En cuanto al asilo de ancianos, ya no hay ninguno allí y los fallecidos tampoco debido a que no hay un cementerio donde enterrarlos, por otro lado, sola hay nueve policías que se encargan de la seguridad del pueblo que día a día “vive” bajo los 30 grados de temperatura, debido a su ubicación geológica en lo más profundo de las montañas.