Un viaje sin fronteras: Descubriendo la ruta a pie de Sudáfrica a Rusia
Descubre la ruta a pie más larga del mundo, un épico recorrido que abarca continentes, peligros y una experiencia inigualable.
Descubre la ruta a pie más larga del mundo, un épico recorrido que abarca continentes, peligros y una experiencia inigualable.
Existe una ruta a pie que se dice es la más larga del mundo, abarcando un impresionante trayecto de 22.530 kilómetros desde Ciudad del Cabo, Sudáfrica, hasta la ciudad de Magadán, en el extremo norte de Rusia. Esta asombrosa travesía ha capturado la atención de los aventureros y amantes de los desafíos.
Lo curioso de esta ruta es que, a diferencia de otras travesías a pie que implican cruzar ríos y cuerpos de agua, en ningún momento es necesario utilizar un bote o ferry, ya que toda la ruta está compuesta por carreteras con puentes. Esta particularidad ha despertado el interés de los entusiastas de las caminatas, ya que les brinda la oportunidad de realizar un recorrido completamente terrestre y auténtico.
La ruta sugerida por Google Maps entre estos dos puntos incluye un viaje en ferry, pero aquellos que idearon la ruta original propusieron una alternativa más desafiante y auténtica, cruzar el tramo con un puente. Esto agrega un nivel adicional de dificultad y aventura para aquellos que se atreven a emprender esta épica caminata.
Es importante destacar que esta ruta a pie representa la distancia más larga que se puede recorrer entre dos puntos en la Tierra. De hecho, es equivalente a la distancia desde el inicio hasta la cima del Monte Everest multiplicada por 14. Además, supera la mitad de la circunferencia total de la Tierra, que es de aproximadamente 40.000 kilómetros. Para completar este desafío, se estima que una persona tendría que dedicar alrededor de tres años caminando a un ritmo medio pero constante de aproximadamente 20 kilómetros al día.
El recorrido comienza en Ciudad del Cabo, Sudáfrica, y atraviesa países como Botswana, Zimbabwe, Zambia, Tanzania, Uganda, Sudán del Sur, Sudán, Georgia, Egipto, Jordania, Siria, Turquía, Rumania, Bielorrusia y Rusia. Esta diversidad de países proporciona a los caminantes una experiencia única, en la que pueden sumergirse en diferentes culturas, paisajes y desafíos a lo largo del camino.
Dada la duración y las diferentes condiciones climáticas y geográficas que se encontrarían en el camino, sería necesario adquirir varios utensilios y suministros a lo largo de la ruta. Esto podría incluir desde ropa adecuada para el desierto y la lluvia, hasta chalecos antibalas para zonas conflictivas o en guerra. La seguridad y la salud también serían preocupaciones importantes, lo que implicaría llevar medicamentos y prepararse para posibles encuentros con animales salvajes.
Sin embargo, más allá de la distancia en sí misma, los desafíos reales provienen de los problemas que surgen a lo largo del camino. El encuentro con animales peligrosos, el clima extremo y, sobre todo, las interacciones con otras personas plantean desafíos adicionales. A lo largo de la ruta, se deben tener en cuenta los riesgos asociados con serpientes venenosas, enfermedades como la malaria y el paso por áreas conflictivas y peligrosas. Estos desafíos hacen hincapié en la importancia de la precaución y la planificación cuidadosa para garantizar la seguridad y el éxito de la travesía.
A medida que se avanza por el recorrido propuesto, se enfrentan paisajes y climas diversos. Después de cruzar Egipto, el sendero entra en Jordania, luego en Israel y más tarde en Siria, una nación devastada por la guerra. Una vez fuera de Siria, se camina por Turquía, Georgia y finalmente se llega a Rusia. Durante esta última etapa, se experimenta el duro invierno siberiano mientras se camina por su vasta extensión continental, rumbo a Magadán, donde se encuentran temperaturas heladas y el punto final del recorrido conocido como "la carretera de huesos".
Si bien esta caminata puede parecer factible para alguien que ha realizado laargos trayectos, para el ciudadano promedio sería un desafío de magnitudes inimaginables. Sin embargo, el hecho de que las personas se interesen en realizar este tipo de travesías a pie es un testimonio de la belleza y diversidad que se encuentra en nuestro planeta.