Juegos sexuales preliminares

Las puertas del placer no se abren de repente, sino con el ambiente, los besos, las caricias y el estímulo de las zonas erógenas.

Colombia.com - Vida y Estilo
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Las puertas del placer no se abren de repente, sino con el ambiente, los besos, las caricias y el estímulo de las zonas erógenas.

El dicho "los pequeños y constantes detalles construyen las grandes cosas" es muy cierto en el terreno del erotismo.

Tú y él deben poner todo el empeño para tener éxito en el sexo y en el amor, y no olvidar los pequeños detalles que hacen explotar todo el erotismo. Antes empezar los juegos preliminares, deben hacer algunos preparativos como crear un ambiente rico y usar hábilmente su psicología.

El resultado puede ser el éxtasis de una sexualidad complementaria y llena de energía, armonía y vitalidad entre ustedes, satisfacción sexual mutua y perfecta.

El acto amoroso es algo natural que ustedes pueden elevar a un arte físico y espiritual, capaz de ofrecerles satisfacciones muy poderosas y prolongadas, mejorar su salud y aumentar la duración de su vida.

El paraíso del placer

Para los psicoterapeutas autores del libro Éxtasis Sexual, existen herramientas sencillas y eficaces para desarrollar maestría en los preludios amorosos y alcanzar el éxtasis sexual y la intimidad emocional:

Escenario: No subestimen la influencia de un ambiente de tranquilidad, sin ruidos ni interrupciones. La luz u oscuridad de la habitación, música escogida según sus gustos, alimentos y bebidas excitantes y otros detalles son importantes en el juego amoroso.

Aspecto: Aunque tú no tengas dificultad para lucir seductora ante tu amante, no pasa siempre lo mismo con él, que tal vez no cuida mucho su aspecto físico. Coméntale que a veces te gustaría que hiciera un esfuerzo para presentarse ante ti con el mejor aspecto.

Conversación: Algo fundamental es que sepan llevar una plática que resulte amable e interesante. Háganse reír, cuéntense cosas divertidas y cautivadoras, así se convencerán de que van a pasar momentos especiales y muy satisfactorios.

Besos: Unan los labios húmedos en una primera ola del amor; de forma natural den paso a un beso profundo con las puntas de las lenguas entrando en contacto y entrelazándose; presionen cada vez más fuerte con movimientos de la lengua en distintos sentidos; finalmente vuelvan el beso penetrante introduciendo sucesivamente la lengua en la boca del otro y en busca de un contacto más profundo.

Desnudos: Pueden estar de pie al principio, pero si se sientan o se acuestan, facilitan los juegos preliminares. Intercambien algunos besos y caricias al momento de desnudarse y vayan descubriendo cuánto quieren intensificar el juego erótico y cuánto están dispuestos a abandonarse totalmente.

Caricias: Vayan alejando los besos del rostro y del cuello para repartirlos por el resto de las zonas erógenas. Derróchense caricias por todo el cuerpo en forma de ligeras presiones, roces, succiones y mordisqueos, reservando los genitales para más adelante.

Zonas erógenas: Las partes más sensibles de él son el cuello, los pezones, el bajo vientre, cerca de los genitales, la parte interna de los muslos y las plantas de los pies.

En la mujer las zonas que más despiertan deseo sexual son los párpados, las mejillas, las orejas, el cuello, las axilas, los senos, el vientre y las caderas. Pero cada persona tiene sus puntos especiales que hay que saber detectar y estimular. Cuando él esté recorriendo tu cuerpo para estimularte, indícale qué parte te produce más placer.

Estimulación genital: Provóquense excitación del mismo modo que lo hace el otro al masturbarse, háganlo de forma progresiva, modificando las formas de estimularse y el ritmo.

Las palabras son de gran ayuda para continuar esta corriente erótica, por lo tanto si detectas un bloqueo o inhibición en tu pareja, no dudes en preguntarle qué es lo que no va bien y qué quiere que hagas.
Cuando la excitación haya crecido hasta hacer urgente la entrega del uno al otro, ha llegado el momento de la ansiada unión sexual.

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