2 oraciones a San Genaro para hacer peticiones urgentes

San Genaro o San Jenaro, fue un obispo que, como muchos otros, fue condenado a muerte por sus creencias; se ordenó que fuera puesto frente a las fieras en el anfiteatro para morir devorado por ellas, sin embargo, los animales solo se dedicaron a rugir pero nunca atacaron, motivo por el cual fue acusado, además, de hacer magia negra, y finalmente tuvieron que decapitarlo.

En su nombre ocurren numerosos milagros, pero hay uno en especial que se repite todos los años; su sangre pasa por una licuefacción, es decir, se pone líquida, en tres ocasiones cada año: cuando sus restos fueron trasladados a Nápoles (el sábado anterior al primer domingo de mayo), el día de su conmemoración (19 de septiembre), y cuando hizo su intervención para evitar los efectos de una erupción del Vesubio (16 de diciembre).

Teniendo en cuenta su gran poder, tú también puedes pedirle que haga que haya un milagro en tu vida, para ello, hoy te enseñamos dos oraciones: una para necesidades de gran urgencia, compartida por el portal ‘La Luz de María’, y otra para cambiar situaciones, del portal ‘Tarotistas online’.

Oración para necesidades urgentes

Glorioso San Genaro, valiente atleta de la fe de Cristo, que diste tu vida para defenderla y recibiste la corona del martirio. Sálvanos de los peligros que pueden matar no solo el cuerpo sino también el alma. Con tu milagro de la licuación de tu sangre eres signo seguro y elocuente de que estás entre nosotros y conoces nuestras necesidades.

Ruega por nosotros que recurrimos a ti seguros de ser atendidos y líbranos de todo mal. Sálvanos de la invasión de incredulidad y haz que aquella fe por la cual sacrificaste tu vida, produzca siempre en medio de nosotros frutos de obras santas. Milagroso San Genaro haz un milagro en mi alma necesitada de luz y verdad. ¡San Genaro Ruega por nosotros!

Oración para cambiar una situación

Glorioso San Genaro, defensor vigoroso de la fe en Jesucristo, patrón ilustre de Nápoles, ven con buenos ojos hacia nosotros y dígnate a dar cabida a los deseos, que con plena confianza en tu poderoso patrocinio ponemos a tus pies.

¿Cuántas veces acudiste en ayuda de tus devotos? Detuviste las lavas del Vesubio, nos libraste de plagas y terremotos, de hambre y de muchos otros castigos. Concédeme la petición de este humilde siervo, para que (di tu petición).

El milagro perenne de la licuefacción de la sangre es signo seguro y elocuente de que tú, que vives entre nosotros, satisfaces nuestras necesidades; ruega por nosotros que recurrimos a ti, asegúrate de ser oído y líbranos de todos los males que nos oprimen. Sálvanos por la incredulidad invasiva y que esa fe, por la que generosamente sacrificaste tu vida, siempre producirá entre nosotros abundantes frutos de obras santas. Amén. San Genaro, ruega por nosotros.