Oración de emergencia de Santa Teresa de Calcuta

Un día como hoy, 5 de septiembre, falleció la Madre Teresa de Calcuta, un verdadero ejemplo de entrega hacia los más necesitados y desposeídos. La madre entregó todas sus pertenencias, pero especialmente todo su esfuerzo y hasta su salud para atender y dar consuelo a quienes nada tenían.

La madre albanesa pero radicada en la India comprendió lo que es la verdadera y absoluta caridad, ella tenía una especial conexión con Dios y con su madre santísima y jamás dejó de recurrir a ella para obtener sus favores, especialmente cuando ellos lograban atender una grave necesidad.

Teresa de Calcuta fue canonizada y elevada a la categoría de Santa y ella en vida siempre recomendó esta oración a la que llamó como Oración de emergencia para orar con toda fe mientras se necesita un milagro de urgencia y en poco tiempo, ella la rezaba para pedir especialmente por la salud de un niño o anciano, por tener provisión de alimentos o por la conversión de alguien.

Esta es la oración de emergencia de la Santa Madre Teresa y tú también puedes rezarla si necesitas una respuesta inmediata:

Acordaos, ¡Oh piadosísima Virgen María!
Que jamás se oyó decir que ninguno de los que han acudido a vuestra protección,
Implorando vuestro auxilio y reclamando vuestro socorro, haya sido desamparado por vos.

Animado por esta confianza, a vos acudo, ¡oh madre, virgen de las vírgenes!
Y gimiendo bajo el peso de mis pecados me atrevo a comparecer ante vos.
Oh Madre de Dios, no desechéis mis súplicas ante la necesidad, antes bien, escuchadlas y acogedlas benignamente. Amén.

Esta oración no debe recitarse, lo mismo que debe hacerse con cualquier oración, es importante tomar las palabras como una conexión con Dios y con su madre, su principal intercesora, hay que hacerlo con fe porque cuando nos disponemos espiritualmente logramos que el Señor nos escuche.

Otra forma de orar adecuadamente es pronunciar con voz firme cada palabra, vocalizar bien, pero sin que se esté tratando de dar un discurso, las oraciones no son escuchadas por Dios con el solo hecho de decirlas o recitarlas, busca un lugar en donde el ruido no llegue, cierra los ojos de tu corazón y de tu alma y conéctate con Dios.

Olvídate del mundo y a pesar de tu angustia y de tu preocupación, pídele con mucha fe, cree enteramente que tus problemas no solo serán escuchados por Dios, sino que él mismo se encargará de quitar el peso de tus hombros y aliviará tu carga.