¿Cómo proteger a tu mascota en una mudanza?

Una mudanza es un evento estresante para una persona y también lo es para una mascota.

Foto: Pixabay
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Una mudanza es un evento estresante para una persona y también lo es para una mascota.

"Como los animales son muy sensibles, hay que preparar muy bien cada cambio de domicilio", dice Steffen Beuys, de la Asociación Alemana de Protección Animal.

"Por eso se recomienda llevar a los animales durante la mudanza a casa de amigos y conocidos", aconseja la veterinaria Ursula Breuer. Eso les protege los nervios y evita posibles accidentes.

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Si no se encuentra a alguien para que cuide a la mascota durante la mudanza, es aconsejable quede al cargo de cuidar del animal durante ese tiempo.

"En caso de que la mascota tenga que estar presente el día de la mudanza, se recomienda hacer una caja extra", dice Beuys. En ella hay que poner los utensilios más importantes para el animal.

"Se dice siempre que el gato depende más de la casa y el perro del dueño", indica Udo Kopernik, de la Asociación Cinológica alemana.

"El cambio en sí no supondrá demasiado para el perro, pero también los hay que pueden tener un comportamiento territorial más profundo y están acostumbrados a rituales como por ejemplo el paseo", añade.

También los perros deben por eso orientarse inicialmente. "Es aconsejable para ello ir al lugar al que nos vamos a mudar antes de hacerlo, hablar con los vecinos y presentar al perro para generar un clima agradable", apunta Kopernik.

Y una vez ha pasado el día de la mudanza, aún no ha terminado el estrés, porque durante las semanas siguientes habrá aún que desempaquetar cajas y montar muebles.

"El dueño puede hacer más llevadera la situación para el animal tomándose tiempo, pese al propio estrés, para ocuparse intensivamente y como siempre del animal", aconseja Kopernik.

¿Y los gatos?

Los gatos son mucho más sensibles a las mudanzas que los perros. "En la vivienda que se va a dejar, los dueños deben intentar que haya un lugar para el gato en el que todo esté como siempre hasta casi el último momento, incluido el arenero", cuenta la veterinaria Breuer. 

Como los gatos se orientan mucho por el olfato, se les puede facilitar la mudanza esparciendo su propio olor por la vivienda nueva.

"Para ello se agarra un hisopo estéril y sin olor y se acaricia al gato con él desde el morro en dirección a la oreja, para tener así su olor", explica la veterinaria.

"Luego, en la nueva habitación, se frota ese hisopo en lugares importantes como las patas de una estantería o de una silla y en los marcos de las puertas", añade.

Para los gatos que salen a la calle, lo peor de la mudanza no habrá pasado hasta cuatro o seis semanas después. "En ese tiempo se debe intentar que se queden en casa para que se acostumbren y contemplen ese espacio como su nuevo territorio", cuenta Breuer.

Con animales pequeños, la mudanza no es problema por lo general. "Pero si están ahí, pueden estresarse por el rudio y los nervios de las personas", señala Breuer.

"No parece que lo pasen tan mal como muchos perros o gatos porque no se les nota, pero ha habido conejos o cobayas que se han muerto de estrés", lamenta.

"Por eso es mucho mejor dejar a los animales un par de días con amigos o familiares", aconseja.

DPA