Por: Redacción Vida y Estilo • Colombia.com

Oración a San Benito José Labre para hacer una petición

San Benito José Labre puede ayudarte a interceder para que se cumpla esa petición especial; hazla con la oración que hoy te enseñamos.

¿Cuál es tu petición de hoy? Hazla con esta poderosa oración. Foto: Shutterstock
¿Cuál es tu petición de hoy? Hazla con esta poderosa oración. Foto: Shutterstock

San Benito José Labre puede ayudarte a interceder para que se cumpla esa petición especial; hazla con la oración que hoy te enseñamos.

San Benito José Labre, nacido en Amèttes, recibió el llamado de Dios siendo muy pequeño, por lo tanto, tomó la decisión de cumplir penitencias con tan solo 12 años de edad, durmiendo con la cabeza reclinada sobre un madero; a los 17 sintió que eso no era suficiente y decidió dormir en el suelo, frío y duro.

Con el permiso de sus padres y con ayuda del cura de Conteville, intentó ingresar a numerosas congregaciones, sin embargo, al no cumplir con su objetivo optó por llevar una vida de oración en campo abierto, convirtiéndose en lo que él mismo denominó un “vagabundo de Dios”, viviendo de lo que a otros les sobraba, con limosnas y vistiendo harapos.

A este santo puedes encomendarte para hacerle tus peticiones más especiales, para conseguir que interceda por ti ante Dios y finalmente se haga realidad; hoy te enseñamos una oración con la que puedes solicitar su ayuda, compartida por el portal ‘La historia sagrada’.

Oración para hacer una petición

De pobreza y humildad ilustre y bello dechado: Benito José abogado sednos en la adversidad. De labradores honrados Amette te vio nacer, te vio en la virtud crecer, y a pasos agigantados subir de la santidad ya niño a muy alto grado. Estudiando en Erín, de un tío bajo tutela, te aprovechaste en la escuela, y siempre cual serafín del fuego de caridad estabas muy inflamado.

Penitencia y oración eran tus grandes delicias, y tus mejores albricias la Sagrada Comunión, del mundo y su vanidad viviendo siempre alejado. Trapense y Cartujo ser más de una vez intentaste, y siempre experimentaste de Dios ser otro el querer; pues por grave enfermedad fuiste del convento echado.

Como el Señor te llamaba a un nuevo modo de vida, lo emprendiste de seguida no oyendo a quien te estorbaba; padres, patria y amistad renunciaste denodado. De Francia a Roma pasando el sustento mendigabas, los santuarios visitabas, burlas doquier arrostrando y golpes con humildad de Jesús firme soldado.

Muy pobremente vestido, hecho por Dios pordiosero, a Él con afán sincero víctima te has ofrecido, en aras de caridad, para que cese el pecado. Pobre de las Cuarenta Horas te llama Roma admirada, porque a la Hostia sagrada gran parte del día adoras, delante su Majestad quedando siempre extasiado.

De la Cruz las Estaciones practicabas cada día, y obsequiabas a María con servidas devociones, y su maternal piedad te miro cual a hijo amado. Con el profético don lo futuro anunciaste, del prójimo procuraste la eterna salvación; almas de cautividad del Purgatorio has sacado.

Junto a un templo de María caíste desvanecido, por un amigo acogido falleciste al mismo día; luego toda la ciudad por santo te ha proclamado. Tanto milagro se obró de tu virtud en abono, que el gran papa Pio Nono beato te declaro, proteja tu piedad al que te invoca postrado. Pues toda una eternidad de dichas has alcanzado: Benito José abogado senos en la adversidad. (Haz tu petición especial). Amén.