Por: Redacción Vida y Estilo • Colombia.com

Oración a San Bonifacio para no perder la fe en las adversidades

Si atraviesas por una gran adversidad y no quieres que esto afecte tu vida, reza esta poderosa oración a San Bonifacio, para que la fe se mantenga intacta.

Poderosa oración para no perder la fe y la esperanza ante las adversidades. Foto: Shutterstock
Poderosa oración para no perder la fe y la esperanza ante las adversidades. Foto: Shutterstock

Si atraviesas por una gran adversidad y no quieres que esto afecte tu vida, reza esta poderosa oración a San Bonifacio, para que la fe se mantenga intacta.

San Bonifacio, conocido como el apóstol de los alemanes, fue un misionero y sacerdote que se dedicó a combatir prácticas paganas de la época; además, fundó monasterios, organizó la Iglesia de dicha región y convirtió al cristianismo a un gran número de personas.

A él suelen recurrir muchas personas, no solo en Alemania, sino en otros lugares del mundo donde se difundió su labor y obra; es por esta razón que hoy te enseñamos una oración con la que puedes solicitar su intercesión, especialmente para no perder la fe en los tiempos con más adversidades, compartida por el portal ‘Oración en Puntadas’.

Oración para no perder la fe

Querido San Bonifacio, tú que desde tu tierna infancia te apasionaste por las cosas de Cristo, pide a Dios aumente mi amor por Él. Tú que quisiste ser siempre monje, y terminaste siendo Obispo, pide a Dios aumente mi humildad. Tú que fuiste mártir y no perdiste la alegría, dile al Señor que me dé la Gracia de mantener la alegría en la prueba, el Espíritu de Dios en la adversidad.

Tú que en tú vida, hiciste de la oración y la meditación de la palabra de Dios, tu alimento y el aire que respiró tu espíritu, pide al Padre me dé la Gracia de perseverar en la Oración y gustar en la meditación de su Palabra de Vida.

Tú que te doliste tanto, por ver cuanta gente moría a tu alrededor sin conocer la Salvación que viene de nuestro Señor Jesucristo, pide al Señor me dé la Gracia del fuego apostólico, que redoble mis ánimos para no dejar de predicarlo con mi ejemplo y mi palabra.

Tú que, siendo Obispo y ya entrado en años, elegiste retornar el sendero de simple misionero, y en el encontraste la muerte en el martirio, en manos de los bárbaros que rechazaban a Cristo, pide a Dios nuestro Señor, me done la Gracia de no amar más esta vida terrena, que la Vida eterna, de no atarme a mis lugares mundanos, sino que sepa escuchar y seguir el Espíritu del Señor, allí donde este me llame.

Yo te doy gracias, Señor mío Jesucristo, porque te dignaste acep¬tar el sacrificio que te hice de mi vida: ven, Señor, en socorro de tu siervo, perdónale todas sus maldades; sean purgadas con su sangre, y sírvame la muerte en lugar de penitencia. Fortifícame con tu gracia, y no permitas que me venzan los tormentos. Yo os suplico, siervos de Jesucristo, que roguéis a Dios por mí.

¡Oh qué grande es el Dios de los cristianos! No hay otro Dios, el Dios de los mártires es el único Dios verdadero Jesucristo, Hijo de Dios, salvadnos; todos creemos en Vos; ten misericordia de nosotros. (Haz tu petición especial).

Dios y Señor nuestro, que con tu amor hacia los hombres quisiste que San Bonifacio anunciara a los pueblos la riqueza insondable que es Cristo, concédenos, por su intercesión, crecer en el conocimiento del misterio de la Cruz y vivir siempre según las enseñanzas del Evangelio, fructificando con toda clase de buenas obras. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo. Amén.