Tragedia de Armero: poderosa oración por las víctimas de un evento natural

La tragedia de Armero marcó a toda Colombia; esta oración busca traer paz, consuelo y esperanza a las almas que partieron.

Por: Alexandra Méndez • Colombia.com
Tragedia de Armero: poderosa oración por las víctimas de un evento natural. Foto: Shutterstock
Tragedia de Armero: poderosa oración por las víctimas de un evento natural. Foto: Shutterstock

La tragedia de Armero marcó a toda Colombia; esta oración busca traer paz, consuelo y esperanza a las almas que partieron.

Hace 40 años, una tragedia sin precedentes sacudió al municipio de Armero. En la noche del 13 de noviembre de 1985, alrededor de las 11:00 p.m., el volcán Nevado del Ruiz hizo erupción llevándose todo a su paso debido al descongelamiento del la nieve.

Aquella trágica noche, centenares de familias que se encontraban descansando en sus hogares quedaron sepultadas entre el lodo azufrado y los escombros de las construcciones. Se estima que hubo alrededor de 25.000 víctimas mortales en esta tragedia. 

La avalancha de Armero ha sido catalogada como uno de los eventos naturales más catastróficos de la historia. Por ello, el antiguo pueblo en ruinas fue declarado Campo Santo, ya que no se logró la extracción de los cuerpos de la mayoría de víctimas. 

Cada año, miles de colombianos conmemoran este acontecimiento histórico que recuerda la importancia de prestar atención a las señales de la naturaleza. Algunos elevan oraciones por las víctimas de la tragedia y otros por las almas que aún están en pena. 

Si quieres pedir por las más de 25.000 personas fallecidas en la avalancha de Armero este 13 de noviembre. A continuación te compartimos la oración que recitó el papa Juan Pablo II cuando visitó el pueblo para declararlo Campo Santo.

Oración del Papa Juan Pablo II por las víctimas de Armero

1. Padre celestial,
de quien procede todo bien,
recibe compasivo en tu seno misericordioso
a tantos hermanos nuestros aquí sepultados
por las fuerzas desatadas de la naturaleza.
Condúcelos con esta oración a la morada eterna
que Jesús, tu Hijo, ha preparado a los que lo reconocen
como tu enviado y lo sirven con amor,
descubriendo su presencia en los hermanos más pequeños.

Estos hijos tuyos, Padre de bondad,
cayeron como trigo en las entrañas de la tierra
para germinar en la resurrección de los muertos.
Ellos creyeron y esperaron en Ti;
recibieron el bautismo de regeneración,
se nutrieron con la Eucaristía,
que es germen de inmortalidad,
vivieron en el amor con que tú premias eternamente.

2. Padre, rico en misericordia,
consuela el dolor de tantas familias,
enjuga las lágrimas de tantos hermanos,
protege la soledad de tantos huérfanos.

Infunde a todos ánimo y esperanza
para que el dolor se cambie en gozo
y la muerte, por la fe, sea germen de vida nueva.

Haz que mediante la solidaridad,
el trabajo y el tesón de las gentes de esta tierra,
surja, como de entre las cenizas,
una nueva ciudad de hijos tuyos y hermanos,
donde reine la fraternidad,
se renueven la familias,
 se llenen de pan las mesas
y de cantos los hogares y los campos.

3. Bendice esta cruz alzada aquí
como signo de nuestra redención,
baluarte de esperanza,
símbolo de muerte y de vida, de dolor y de gozo.
Esta cruz que es el trono de Cristo, tu Hijo,
desde donde, levantado, reina atrayendo todas las cosas hacia El.

Que todas la miradas se vuelvan hacia esta cruz,
árbol de vida, punto de convergencia entre el cielo
y la tierra, donde se obtiene la reconciliación y renace la esperanza.

Y que junto a la cruz y el dolor de cada uno
esté siempre María, la Madre de Jesús,
para acompañarnos en todas las penas,
para animarnos con su mirada maternal,
para ayudarnos a construir una sociedad nueva
con la civilización del amor.

4. Te lo pedimos por Jesucristo tu Hijo,
en quien creer es vivir y a quien servir es reinar.
El vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo,
por los siglos de los siglos. Amén.