Alzheimer: ¿cómo cuidar a un ser querido sin descuidar tu propia salud?
El Alzheimer exige paciencia y entrega. Aquí te contamos cómo acompañar a tu ser querido sin descuidaR tu salud física y mental.

El Alzheimer exige paciencia y entrega. Aquí te contamos cómo acompañar a tu ser querido sin descuidaR tu salud física y mental.
Cuidar a una persona con Alzheimer puede ser un acto de amor profundo, pero también significa asumir una carga física, emocional y mental que muchas veces pasa inadvertida, pero puede pasar factura a largo plazo.
Según la Asociación Alzheimer’s, los cuidadores saludables son aquellos que mantienen sus chequeos médicos al día, realizan actividad física, comen balanceado y descansan lo suficiente. Estas prácticas son fundamentales para evitar el agotamiento, el estrés y los problemas de salud más graves.
Cabe destacar que mantenerse fuerte y saludable, tanto física como mentalmente, no solo beneficia al cuidador, sino que también mejora la calidad del cuidado que recibe quien vive con esta enfermedad degenerativa compleja.
Cómo cuidar a un ser querido con Alzheimer
De acuerdo con la Asociación de Alzheimer de Estados Unidos, cerca del 70% de los costos a lo largo de la vida de un paciente recaen directamente en los hogares, ya sea en pagos de salud, cuidado prolongado o en miles de horas de acompañamiento no remunerado. Entre las recomendaciones para los cuidadores están:
1. Compartir responsabilidades: el cuidado de un paciente con Alzhéimer no debe recaer en una sola persona. Es fundamental apoyarse en cuidadores secundarios para que el responsable principal
pueda descansar.
2. Manejar la comunicación: en las etapas avanzadas del Alzheimer, los olvidos frecuentes pueden generar frustración, sensibilidad e incluso reacciones de irritabilidad en los pacientes. Es importante aprender a manejarlos ofreciendo alternativas, redirigiendo la atención con calma y guiando la conversación hacia temas que les resulten familiares o reconfortantes.
3. La atención integral es clave: las consultas periódicas con especialistas en neurología, psiquiatría, psicología y neuropsicología permiten evaluar la progresión de la enfermedad, controlar problemas de sueño y conducta, y definir tratamientos médicos o terapias de estimulación cognitiva.
4. Unirse a grupos de apoyo: participar en espacios comunitarios y académicos donde los cuidadores comparten experiencias permite aprender estrategias prácticas, reducir la sensación de aislamiento y encontrar apoyo emocional.
5. Cuidarse a sí mismos: el bienestar del cuidador es tan importante como el del paciente. Realizar actividad física regular, una alimentación saludable, descanso adecuado y apoyo psicológico son esenciales para preservar la salud física y emocional.
6. Estimular al paciente con actividades adecuadas: dibujar, pintar, hacer crucigramas, jugar dominó, ajedrez u otros juegos de mesa que el paciente disfrute ayudan a mantener la mente activa y generan momentos positivos de interacción.