Cigarrillos electrónicos aumentarían el riesgo de sufrir enfermedades cardíacas, según la OMS
Un estudio reciente concluyó que la utilización regular de vapeadores o cigarrillos electrónicos se relaciona con un aumento en el riesgo de padecer enfermedades cardíacas.

Un estudio reciente concluyó que la utilización regular de vapeadores o cigarrillos electrónicos se relaciona con un aumento en el riesgo de padecer enfermedades cardíacas.
A pesar de que los cigarrillos electrónicos se presentan como una opción más segura en comparación con los cigarrillos de tabaco convencionales, persisten numerosos riesgos para la salud que continúan siendo objeto de intensa investigación.
El tabaco es conocido por contener compuestos químicos tóxicos como alquitrán y monóxido de carbono, asociados a enfermedades pulmonares, cardiovasculares y cáncer, por ello se han comenzado a buscar alternativas menos dañinas para el organismo; sin embargo, hasta ahora no se ha identificado un sustituto completamente seguro. Este tema sigue siendo motivo de estudio y debate en el ámbito de la salud.
Los vapeadores calientan un líquido y producen una mezcla de partículas de aire saborizadas que algunas personas inhalan para sustituir los cigarrillos convencionales; no obstante, de acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC), algunos de los ingredientes contenidos en el aerosol de los cigarrillos electrónicos podrían ser dañinos para los pulmones a largo plazo.
Esto se debería a que muchos de los saborizantes utilizados pueden ser seguros para comer, pero no para inhalar porque el aparato digestivo tiene la capacidad de procesar más sustancias que los pulmones.
Según un estudio publicado en la revista Tobacco Control denominado ‘Cigarrillos electrónicos: una revisión científica’, este tipo de dispositivos contienen sustancias químicas potencialmente peligrosas, y aunque están presentes en cantidades menores que en el tabaco convencional, podrían representar un riesgo para la salud.
Más allá de esto, una investigación reciente determinó que el uso frecuente de vapeadores o cigarrillos electrónicos está asociado con un mayor riesgo de enfermedades cardíacas, así lo ha advertido la Organización Mundial de la Salud.
Según un comunicado emitido por la entidad, “se necesitan medidas urgentes de control de los cigarrillos electrónicos para proteger a los niños y a los no fumadores y reducir todo lo posible los efectos de estos productos en la salud de las personas. No solo se ha demostrado que los cigarrillos electrónicos no ayudan a abandonar el tabaquismo, sino que hay pruebas alarmantes de sus perjuicios para la salud".
No por nada, según la OMS, estos elementos se han prohibido en 34 países; no obstante, falta mucha regulación respecto al tema, pues 88 no han establecido una edad mínima para comprarlos y 74 carecen de normativas sobre estos productos nocivos.
"Los cigarrillos electrónicos se promocionan a personas muy jóvenes para engancharlos a la nicotina. Las autoridades nacionales deben actuar con firmeza para prevenir el consumo de estos productos y proteger así a sus ciudadanos, sobre todo a los niños y los jóvenes", señaló el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que, si bien no se comprenden completamente sus efectos a largo plazo en la salud, está comprobado que los cigarrillos electrónicos emiten sustancias tóxicas que son cancerígenas o que incrementan el riesgo de padecer trastornos cardíacos y pulmonares.
"Además, pueden afectar al desarrollo del cerebro y causar trastornos del aprendizaje en los jóvenes. Se sabe también que la exposición del feto a los cigarrillos electrónicos que utiliza la madre puede perjudicar su desarrollo. Incluso en la calle, cualquier transeúnte puede sufrir los efectos de las sustancias que emiten estos productos", puntualiza la entidad.
La organización ha hecho un llamado a las autoridades internacionales a tomar “medidas firmes y decididas para prevenir el consumo de cigarrillos electrónicos, basándose en el conjunto cada vez mayor de pruebas sobre los daños que causan en la salud de los niños y los adolescentes".