Por: Karen Benavides • Colombia.com

COVID de larga duración: ¿Por qué persisten los síntomas después de curarse?

Expertos ya tienen una definición para los casos de coronavirus en los que los síntomas persisten tras la recuperación; se trata de la COVID de larga duración.

COVID de larga duración: las secuelas persistentes ya tienen definición médica. Foto: Shutterstock
COVID de larga duración: las secuelas persistentes ya tienen definición médica. Foto: Shutterstock

Expertos ya tienen una definición para los casos de coronavirus en los que los síntomas persisten tras la recuperación; se trata de la COVID de larga duración.

Tras la aparición de los síntomas y la realización de una prueba que confirma la infección por COVID-19, el paciente debe seguir las recomendaciones de los profesionales de la salud, para llevar a cabo un tratamiento o los respectivos cuidados para que la enfermedad cese en algunos días y no haya riesgo de contagiar a quienes se encuentran alrededor.

No obstante, aunque los expertos han determinado el tiempo promedio que dura dicho padecimiento, el panorama cambia por completo para un grupo de personas en particular, en quienes se prolonga el sufrimiento al tener síntomas que perduran con el tiempo, incluso algunos meses después de haberse curado.

Y es que, aunque dichas secuelas son más comunes de lo que imaginas, hasta el momento no se tenía una definición especial para dichos casos en los que síntomas como la pérdida de olfato, el cansancio o los dolores musculares no desaparecían, lo que retrasaba el diagnóstico de estos pacientes; ahora, expertos lo han denominado ‘long COVID’ o ‘COVID de larga duración’, especialmente en Estados Unidos.

Esta definición fue otorgada por un grupo de expertos internacionales respaldados e impulsados por la OMS, y dirigidos por Joan Soriano, médico epidemiólogo del Servicio de Neumología del Hospital Universitario de la Princesa de Madrid; además, las conclusiones de su trabajo fueron publicadas en la revista The Lancet Infectious Diseases.

COVID de larga duración

Según lo establece la descripción oficial que se le ha dado a este término, se trata de una condición que ocurre en pacientes que han tenido una infección por SARS-CoV-2, probable o confirmada; de hecho puede darse generalmente tres meses después de iniciada la enfermedad, con síntomas que pueden perdurar por dos meses y que no pueden explicarse con diagnóstico alternativo.

Vale la pena mencionar que la definición incluye dos situaciones especiales que pueden presentarse: que aparezcan secuelas después de haberse recuperado de una infección aguda de COVID, o que los mismos síntomas que se dieron desde el inicio de la enfermedad se mantengan por mucho tiempo más.

No obstante, no es posible establecer las secuelas que pueden presentarse en el COVID de larga duración, pues ya son muy numerosos los síntomas asociados con esta enfermedad y no se sabe si puedan seguir apareciendo nuevos con el tiempo; sin embargo, pueden mencionarse algunos que son los más comunes, como la fatiga, los problemas en la respiración, la disfunción cognitiva, la pérdida de gusto y olfato, entre otros.

Las causas

“A día de hoy no sabemos la causa ni hay una prueba diagnóstica que identifique quién tiene covid persistente y quién no”, cuenta Pilar Rodríguez-Ledo, vicepresidenta y responsable de investigación de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), y al no tener un origen claro es más complicado el diagnóstico por parte de los médicos.

Es por esto que la definición, creada a partir del estudio con 265 personas, entre afectados, facultativos, científicos y personal técnico de la OMS, es tan importante; al ser identificado como ‘COVID de larga duración’ se vuelve relevante “para la cobertura de los seguros o para una baja por enfermedad”.