Por: Karen Benavides • Colombia.com

Estudio demuestra qué tapabocas no evitan el contagio en espacios cerrados

Expertos realizan un estudio en el que demuestran que sí importa el tipo de tapabocas que se utiliza, especialmente en espacios cerrados, pues no todos impiden el contagio de la COVID-19.

Estudio: tapabocas no impiden contagio de la COVID-19 en espacios cerrados. Foto: Shutterstock
Estudio: tapabocas no impiden contagio de la COVID-19 en espacios cerrados. Foto: Shutterstock

Expertos realizan un estudio en el que demuestran que sí importa el tipo de tapabocas que se utiliza, especialmente en espacios cerrados, pues no todos impiden el contagio de la COVID-19.

Con la contingencia sanitaria que vive el mundo actualmente, son numerosas las medidas de bioseguridad que se han implementado, entre ellas se destaca el uso de tapabocas para evitar el paso de gotículas y, por ende, el contagio de la COVID-19; no obstante, y contrario a lo que muchas personas creen, las mascarillas no serían tan seguras contra el virus en espacios cerrados.

Dichas conclusiones fueron sacadas por un estudio realizado por la Universidad de Waterloo, en Ontario, Canadá, donde se dio a conocer que los tapabocas quirúrgicos y los de tela no representan una gran protección para impedir el contagio del SARS-coV-2 en áreas interiores, y por ende se deben llevar a cabo otras medidas para prevenir o disminuir la transmisión del virus.

Pero, ¿cuál es la razón de su inefectividad? La institución pudo observar a través de la investigación que, debido a que estas mascarillas no logran ajustarse bien al rostro de la persona, se produce aproximadamente un 10% de filtración durante la inhalación y la exhalación, lo que hace que las gotas queden suspendidas en el aire.

“No hay duda de que es beneficioso usar cualquier cubierta facial, tanto para protección, en las proximidades como a distancia, en una habitación. Sin embargo, existe una diferencia muy seria en la efectividad de las diferentes mascarillas cuando se trata de controlar los aerosoles”, asegura Serhiy Yarusevych, docente de ingeniería mecánica y mecatrónica y líder de la investigación.

¿Cómo se realizó el estudio?

Los investigadores de la facultad de ingeniería realizaron una gran cantidad de pruebas con un maniquí, el cual está diseñado para simular la inhalación y la exhalación de un ser humano, mientras se encontraba sentado en una habitación cerrada, sin ningún tipo de protección, con una mascarilla quirúrgica y con el uso de un tapabocas N95.

Los resultados fueron reveladores, pues dieron a conocer que, con las mascarillas quirúrgicas y las de tela, pasado un tiempo se concentraba en el ambiente una gran cantidad de gotas que habían sido exhaladas, las cuales quedaban suspendidas y podrían superar la barrera para contagiar a otra persona que se encontrara en el mismo espacio.

Por el contrario, los investigadores indicaron que los únicos que podrían llegar a brindar una protección mayor serían los tapabocas N95 o KN95 que se ajustan mejor a la cara y, además, filtran más eficientemente las partículas exhaladas, logrando que haya una menor acumulación en el aire que se encuentra en un lugar.

Además, hacen énfasis en la importancia de llevar a cabo otros protocolos para prevenir el contagio, especialmente en espacios cerrados, como el lavado frecuente de manos, el distanciamiento, evitar aglomeraciones y tener una buena ventilación para que las partículas perjudiciales puedan fluir hacia el exterior y no se queden concentradas.