Salud hepática: seis alimentos que debes evitar si no quieres dañar tu hígado

El hígado es uno de los órganos más importantes del sistema digestivo, pues cumple la función de regular la mayor parte de los niveles químicos de la sangre y excretar un producto llamado bilis, que ayuda a descomponer las grasas y las prepara para su posterior digestión y absorción, así lo indica la organización Stanford Medicine Children’s Health.

Este órgano situado en la parte superior derecha de la cavidad abdominal, debajo del diafragma y por encima del estómago, el riñón derecho y los intestinos, puede sufrir daños debido a diversos factores, principalmente una mala alimentación.

Algunas de las enfermedades que se pueden producir en el hígado según la biblioteca de medicina de Estados Unidos Medline Plus son: la hepatitis A, B y C, causadas por virus; hígado graso y cirrosis; cáncer de hígado y otras enfermedades hereditarias como la hemocromatosis y la enfermedad de Wilson. 

Teniendo en cuenta esto, la Organización Mundial de la Salud (OMS) hace énfasis en dar a conocer la importancia de proteger el hígado contra dichas enfermedades, ya que "una buena salud hepática beneficia también a otros órganos vitales, como el corazón, el cerebro y los riñones, que dependen del hígado para funcionar".

El doctor Yukiyosi Kimura Fujikami, experto en radiología intervencionista de Top Doctors Latinoamérica, señala que "hay varias causas que aumentan el riesgo de presentar alguna afección hepática, como lo son: los malos hábitos de alimentación, la obesidad, y la hipertensión arterial".

La principal recomendación de los expertos para evitar el daño del hígado es llevar una dieta saludable y balanceada que incluya todos los grupos alimenticios; sin embargo, existen algunos alimentos que se deben evitar a toda costa para conservar nuestra salud hepática. A continuación te los compartimos.

• Alcohol: para nadie es una secreto que el consumo excesivo de alcohol es perjudicial para la salud, ya que promueve el desarrollo de diversas afecciones. Según el especialista Juan Restrepo, del portal citado, “su consumo excesivo puede causar inflamación y daño hepático, y aumentar el riesgo de cirrosis y cáncer de hígado". 
• Alimentos procesados: este tipo de comidas generalmente tienen un elevado porcentaje de aditivos, sodio y grasas trans que impiden la desintoxicación del cuerpo y promueven la retención de líquidos y la hinchazón del hígado. 
• Bebidas gaseosas y energizantes: aunque muchas personas optan por este tipo de bebidas por practicidad, la recomendación de los expertos es evitarlas a toda costa y reemplazarlas por el consumo de agua, ya que a menudo contienen altas cantidades de azúcar, cafeína y aditivos artificiales que pueden aumentar el riesgo de hígado graso no alcohólico y otras afecciones hepáticas. 
• Azúcar y grasas saturadas: los alimentos que exceden su porcentaje de estas sustancias pueden conducir a desarrollar hígado graso no alcohólico que con el tiempo puede evolucionar hacia enfermedades hepáticas más graves.