¿Sufres de estrés? 7 señales en tu cuerpo que lo confirman
Cuando atraviesas por episodios de estrés lo ves reflejado en tu cuerpo; estas son 7 señales o síntomas que lo ponen en evidencia.
Cuando atraviesas por episodios de estrés lo ves reflejado en tu cuerpo; estas son 7 señales o síntomas que lo ponen en evidencia.
El estrés es mucho más común de lo que imaginas, pues todos hemos pasado por este tipo de situaciones en algún momento de nuestra vida, bien sea por situaciones que están próximas a suceder que nos causan angustia, por una experiencia poco agradable por la que estás atravesando o por la cantidad de responsabilidades diarias que tienes.
En todo caso, está claro que aunque es algo normal no se debe pasar por alto, pues puede llegar a ocasionar serios problemas en la salud; de hecho, como si se tratara de una enfermedad, el estrés tiene toda una serie de síntomas que te alertan sobre su presencia o padecimiento; aquí te dejamos algunos de ellos para que puedas identificar si se han manifestado en ti y, de ser así, puedas actuar para encontrar nuevamente paz, tranquilidad y bienestar mental.
Dolor de estómago
Tu cuerpo está tan agobiado por los niveles de estrés que está manejando que hace que la comida no se digiera bien y que algunos órganos no funcionen óptimamente; por eso, es probable que comiences a sentir dolores de estómago constantes.
Vives enfermo
Sales de un padecimiento e inmediatamente entras a otro; esto se da porque tu sistema inmunológico también se ve afectado con las situaciones de alta tensión, debilitando la defensa de tu cuerpo contra virus, bacterias y cualquier factor que pueda ocasionarte una enfermedad o malestar.
Cambios de apetito
Puede que dejes de comer como estás acostumbrado a hacerlo, pues tu apetito ha disminuido, o que por el contrario termines alimentándote de forma excesiva diariamente, pues tu hambre se ha vuelto insaciable.
Insomnio
La gran cantidad de cosas en las cuales debes pensar comienzan a aparecer en las noches, justo cuando estás preparado para dormir; aunque estés cansado y necesites recuperarte, no puedes conciliar el sueño o, si lo haces, terminas despertándote con demasiada frecuencia.
Eres más sensible
Cuando hablamos de una mayor sensibilidad nos referimos a dos cosas; la primera se basa en que logrará afectarte cualquier cosa que los demás te hagan o digan, pues serás mucho más vulnerable; por otro lado, hasta el más mínimo ruido o acción logrará ponerte los pelos de punta, pues tus nervios estarán alterados.
Dolor de cabeza
El estrés también puede terminar provocándote molestos dolores de cabeza, los cuales en ocasiones serán leves pero en otras serán difíciles de sobrellevar, según la magnitud de aquello que te está provocando dichas sensaciones.
Dolor en el pecho y fatiga
Los músculos pueden contraerse por la tensión o el estrés, incluidos los del pecho, lo que hace que en ocasiones puedas sentirte fatigado y hasta sufras de algunos dolores en esta zona.