Por: Agencia EFE • Colombia.com

¿Las vacunas han perdido eficacia contra la COVID-19?

La explosión de casos de la COVID-19, está sirviendo de argumento a negacionistas y antivacunas para poner en tela de juicio la efectividad de estos fármacos.

Eficacia de vacunas contra la COVID. Foto: EFE
Eficacia de vacunas contra la COVID. Foto: EFE

La explosión de casos de la COVID-19, está sirviendo de argumento a negacionistas y antivacunas para poner en tela de juicio la efectividad de estos fármacos.

Un vídeo viralizado en TikTok afirma que las autoridades han ido cambiando de versión y rebajando la “inmunización” que proporcionan supuestamente las vacunas contra la covid-19, pasando de un 95 % hace un año a decirse ahora que solo protegen de la muerte. 

“Evaluación de la vacuna: diciembre de 2021 [sic], inmuniza al 95 %; verano de 2021, inmuniza al 50 %; octubre de 2021, no reduce la transmisión, pero impide las formas graves; diciembre de 2021, no impide ir a la UCI, pero no te mueres”, ironiza un hombre en el vídeo, cuyo sonido ha sido utilizado por decenas de usuarios de la red social para reproducir su contenido junto a mensajes antivacunas.  La grabación original acumula, además, miles de interacciones.

La explosión de casos de coronavirus en multitud de países, pese a tener a un alto porcentaje de la población inmunizada -como es el caso de España-, está sirviendo de argumento a negacionistas y antivacunas para poner en tela de juicio la efectividad de estos fármacos frente al virus.

Sin embargo, las evaluaciones y datos iniciales sobre la eficacia de las vacunas no se han modificado con el paso de los meses,  aunque las nuevas variantes sí han mermado parte de su protección, como explican expertos consultados por EFE Verifica. 

Eficacia no es lo mismo que inmunización 

La grabación difundida en TikTok alude al concepto de “inmunización” de las vacunas e indica que este ha sido reducido por las autoridades con el paso de los meses. Pero este término nunca fue empleado en los estudios y datos de vacunación que se publicaron una vez las farmacéuticas solicitaron la aprobación de sus preparados. 

Por ejemplo, la evaluación de la vacuna de Pfizer/BioNTech, la primera que aprobaron las autoridades europeas y estadounidenses, concluyó que esta presentaba una eficacia, que no inmunización, en torno al 95 %.

En este sentido, se hacía referencia a la eficacia frente al riesgo de “padecer infección sintomática”, una cifra que se elevaba al 100 % con respecto al peligro de sufrir una covid grave, explica a EFE Verifica el inmunólogo y vicerrector de la Universidad de Valladolid, Alfredo Corell, quien precisa que estos estudios son válidos para la variante original. 

Desde que se publicaran las primeras conclusiones sobre cada una de las vacunas tras superar sus respectivos ensayos clínicos, las autoridades y las farmacéuticas han ido monitorizando su eficacia frente a las nuevas variantes, constatándose una pérdida de la respuesta inmune, que, sin embargo, no ha alterado los primeros datos difundidos. 

Como confirma Corell, estas conclusiones iniciales no son válidas ni para la variante Delta, contra la que las vacunas ya mostraban menor eficacia, ni para ómicron, con una efectividad incluso inferior.

“Por eso hay tantos contagios”, sostiene el inmunólogo quien, no obstante, recalca que las vacunas siguen protegiendo en un nivel “muy alto” de la sintomatología grave.

“Esa es la gran diferencia. Una persona no vacunada puede morirse y otra vacunada lo pasará como un catarro”, apunta. 

En términos similares se expresa Jaime Pérez, miembro de la junta directiva de la Asociación Española de Vacunología (AEV), quien afirma que los datos de efectividad “después de unos meses de la pauta de vacunación” son “bajos” en lo que respecta a la infección o enfermedad sintomática, aunque la protección continúa siendo alta contra los cuadros graves. 

“La vacuna tiene una efectividad muy limitada frente a la infección y lo estamos viendo todos los días, que muchísimas personas vacunadas se están infectando”, expone. 

Pero para prevenir la hospitalización, la protección, dice, “es muy buena y duradera” entre unos seis y ocho meses después de la dosis de refuerzo en los mayores de 60 años y de la pauta convencional en los menores de 60. 

Los datos corroboran estas afirmaciones. En España, hace un año se notificaron más de 1.200 muertes en catorce días, según la información publicada por el Ministerio de Sanidad. La incidencia acumulada en ese periodo se situaba en los 272,2 casos por cada 100.000 habitantes, con 128.017 contagios. 

Ahora, con una incidencia acumulada de 2.295 casos y con más de un millón de contagios registrados en las últimas dos semanas -desde el 22 de diciembre-,  las defunciones notificadas se sitúan en 531.

Es decir, con una incidencia que multiplica por ocho la del año pasado, se han registrado menos de la mitad de las muertes. 

Las vacunas siguen siendo eficaces contra ómicron

Aunque la variante ómicron, que se documentó por primera vez en noviembre, tenga más facilidad para escapar a los anticuerpos naturales y los generados por las vacunas, las inyecciones y la infección sí ayudan a generar una respuesta inmune contra esta. 

“Los anticuerpos son menos útiles para las variantes», aclara Corell. «Eso va a ir asociado a que una persona que se infecte con ómicron tendrá unos días de catarro, pero luego terminará porque su inmunidad de células T, las de memoria, siguen siendo buenas y tardan entre tres o cuatro días en activarse”. 

Estas células de memoria son, en palabras de este inmunólogo, como “el general del ejército” que pone en marcha todo el proceso para evitar una mayor propagación del virus.  

“Aunque caiga la eficacia de los anticuerpos, no cae la de las células T, por lo que en nuestra sangre se pone en marcha todo lo que hace falta para producir una acción contra la nueva variante”, argumenta. 

La inmunidad adquirida, por infección o por las vacunas, ayuda a que el cuerpo lo reconozca “como el mismo atacante, pero con otro disfraz”, ilustra por su parte Pérez. 

“No va a ser igual que como cuando no teníamos inmunidad frente a ninguna variante”, asegura.

Ello, pronostica, provocará que progresivamente las olas pandémicas, cuanta más inmunidad tenga la población en su conjunto, irán “siendo más débiles» y «especialmente más débiles frente a un efecto grave”.

En resumidas cuentas, las vacunas siguen siendo eficaces contra la sintomatología grave que puede producir el coronavirus. La eficacia de estas no se ha revisado a la baja con el paso de los meses, aunque su protección para síntomas leves sí se ha visto reducida frente a las nuevas variantes.