Víctima de la trata: el oscuro viaje de una colombiana a Cancún
Alison Vivas comparte su experiencia con la trata de personas, denunciando las condiciones inhumanas y el rol de los consumidores en esta realidad.
Alison Vivas comparte su experiencia con la trata de personas, denunciando las condiciones inhumanas y el rol de los consumidores en esta realidad.
En 2017, Alison Vivas, una joven colombiana, aceptó una oferta laboral en Cancún, México, motivada por la promesa de un futuro mejor. Sin embargo, al llegar, descubrió que había sido engañada y vendida a una red de trata de personas, una realidad que reveló años después a través del podcast Vos podés, con el objetivo de advertir a otras mujeres sobre los peligros que enfrentó.
La historia comenzó en el aeropuerto de Cancún, donde le instruyeron mentir en migración para facilitar su entrada. Tras su llegada, Alison fue trasladada a una casa junto a otra joven colombiana, donde todo parecía normal. Recibieron comodidades y comunicación con sus familiares, pero al poco tiempo comenzaron a surgir señales inquietantes. Les solicitaron sus pasaportes y dinero bajo el pretexto de elaborar contratos. Aunque las circunstancias parecían legítimas, pronto se evidenció la verdad: estaban atrapadas.
En su primer día de “trabajo”, Alison fue llevada a un restaurante donde se unió a otras 22 mujeres, en su mayoría colombianas. Aunque inicialmente pensó que solo se trataba de atender clientes, pronto entendió que el lugar era una fachada para actividades de explotación sexual. La presión para adaptarse aumentó cuando se le informó que tenía una “deuda” de 40 millones de pesos colombianos con la organización, supuestamente por gastos de traslado y estancia.
A pesar de su resistencia inicial, la falta de opciones y el temor la llevaron a continuar trabajando bajo condiciones degradantes. Su rutina incluyó largas jornadas de explotación y un cambio a un bar donde, obligatoriamente, debía bailar. Alison describe la experiencia como un infierno del que parecía imposible escapar, agravado por la indiferencia de su amiga, quien resultó ser cómplice de la red.
La joven reflexiona sobre el impacto de los consumidores en la perpetuación de estas prácticas y destaca el sufrimiento que implica la trata de personas. Su historia busca dar voz a quienes no han podido escapar y concienciar sobre la realidad de este crimen global.