Por: Juan Carlos García Sierra • Colombia.com

Vuelo 4590: 22 años de una tragedia que despidió al Concorde con un centenar de fallecidos

Gonesse en Francia, cercana al aeropuerto Charles de Gaulle en Paris, fue testigo de cómo el orgullo de la aviación anglofrancesa se desplomaba dejando 109 fallecidos tras décadas de recorrer a mitad de tiempo cualquier distancia gracias a su conformación supersónica.
 

Actualización
El Concorde dejó de surcar los cielos hace casi 20 años y ahora es una pieza de museo. Foto: Pixabay
El Concorde dejó de surcar los cielos hace casi 20 años y ahora es una pieza de museo. Foto: Pixabay

Gonesse en Francia, cercana al aeropuerto Charles de Gaulle en Paris, fue testigo de cómo el orgullo de la aviación anglofrancesa se desplomaba dejando 109 fallecidos tras décadas de recorrer a mitad de tiempo cualquier distancia gracias a su conformación supersónica.
 

El orgullo de la aviación anglofrancesa, el Concorde, avión supersónico de transporte de pasajeros tuvo su vuelo final hace 22 años, pero lejos de haberse planeado su jubilación, un trágico accidente se encargó de despedirlo de los cielos del mundo lo cuales engalanó con su figura única durante 27 años.

El vuelo 4590 de la aerolínea emblemática de Francia, Air France, se disponía a dirigirse con rumbo al aeropuerto John F. Kennedy de la ciudad de Nueva York en los Estados Unidos, pero una cinta metálica que se había desprendido de otro avión hizo reventar un neumático y golpeó uno de los depósitos de combustible, provocó una fuga de gasolina y el avión se precipitó sobre Gonesse luego de haber perdido potencia, mientras una de sus alas era desintegrada por el fuego y el piloto intentaba encontrar un lugar para aterrizar.

Este accidente fue el único que sufrió un Concorde y el saldo fue el de 113 personas fallecidas, 100 de los cuales eran pasajeros, 9 tripulantes y 4 personas en tierra, este siniestro fue el inicio del fin a su vida útil, porque pocos vuelos se realizaron después del accidente de Gonesse y se le retiró definitivamente en 2003.

Se fabricaron un total de 20 aeronaves de este tipo y prestaban sus servicios a la empresa británica British Airways y a la francesa Air France; en un breve periodo la desaparecida aerolínea estadounidense Braniff operó uno de ellos, y sus destinos predilectos eran los más largos porque podían hacerse en la mitad de otros vuelos con aviones como los Boeing, Airbus o Mac Donell Douglas y no necesitaban de escalas.

Los Estados Unidos, Venezuela y Brasil fueron los destinos más frecuentes de este avión, que se destacaba por su nariz en forma de pico y sus alas delta, además de sus potentes motores Rolls Royce, curiosamente, no fueron razones de seguridad las que lo retiraron de los cielos, sino su escasa rentabilidad, debido a los altos costos de operación y mantenimiento.

El Concorde es considerado una maravilla de la ingeniería y un ícono de la aviación, pero hoy solo es una aeronave que adorna los museos aeronáuticos más importantes del mundo. El Concorde tuvo una competencia en su género, el Tupolev Tu-144 de fabricación soviética, que salió de operación un año antes del accidente del vuelo 4590 de aquel 25 de julio de 2000.

Este avión supersónico e imponente estuvo dos veces en Colombia, la primera en 1974 en un vuelo de prueba, y la segunda en 1985 con motivo de la visita del presidente francés Francoise Mitterrand a su colega colombiano Belisario Betancur Cuartas.