Cárcel para policías por muerte de joven futbolista en Cartagena

El pasado 24 de agosto el joven de 17 años Harold Morales Payares residente en el barrio San Francisco de Cartagena de Indias se encontraba trabajando en un lavadero de carros, de repente se inició una discusión con unos policías con los que el joven ya había tenido inconvenientes y discusiones.

Los uniformados decidieron propinarle diversos golpes al muchacho y este comenzó a correr, los agentes subieron a sus motos para seguirlo, luego de una corta persecución se escuchó un disparo y minutos después la comunidad se agolpaba frente al cuerpo sin vida del menor de edad.

Los policías en su informe aseguraron que el joven pertenecía a una pandilla de la zona de Cartagena cercana al lavadero de carros y motos en la que trabajaba, también dijeron oficialmente que Harold Morales les disparó con un arma de fuego hechiza o artesanal.

El abogado Alí Bantú Ashanti decidió tomar el caso del joven muerto y logró determinar que las pruebas de los análisis balísticos de la supuesta arma que este portaba no era apta para ser disparada.

La Fiscalía General de la Nación imputó a los policías los delitos de homicidio agravado, favorecimiento al homicidio y falsedad en documento público, anotó la directora especializada de la Fiscalía General de la Nación contra las violaciones a los derechos humanos, Deicy Jaramillo.

Los uniformados enviados a la cárcel responden a los nombres de Iván Olivo, Juan Gómez y Octavio Porras y su lugar de reclusión será la Penitenciaría de Sabanalarga en el departamento del Atlántico.

Harold Morales Payares era una joven promesa del fútbol, deporte que practicaba desde que tenía 5 años, el joven integró diversas selecciones departamentales de Bolívar y tenía como meta convertirse en jugador profesional.

La decisión judicial es tomada con celebración por parte de la madre del menor de edad, pero sabiendo que esto no le devolverá la vida a su hijo, sin embargo, ayuda saber que se hizo justicia y los culpables pagarán por su delito.

La madre de Harold afirmó: “Harold, donde está, su alma descansa, está descansando y sé que se está sonriendo porque se está haciendo justicia. Por fin logramos lo que tanto anhelamos, que era decir la verdad y que la verdad saliera a la luz pública, que se dieran cuenta que la policía estaba diciendo mentiras”.

Son varios los hechos de abuso policial que se han presentado, infortunadamente la mayoría no han sido resueltos, haciendo que exista descontento hacia la labor de la institución.