Caso Lyan José: así fue el reencuentro con su familia, que ahora evalúa salir del país
El padrastro de Lyan José Hortúa aseguró que se siente muy feliz de recuperar al niño, pero ahora procurará mantenerlo lejos de cualquier peligro.

El padrastro de Lyan José Hortúa aseguró que se siente muy feliz de recuperar al niño, pero ahora procurará mantenerlo lejos de cualquier peligro.
Luego de 18 días de angustia, el niño Lyan José Hortúa Bonilla, secuestrado por el Frente Jaime Martínez de las disidencias de las Farc, fue finalmente liberado y se encuentra junto a su familia. Sin embargo, el regreso a casa no disipa el miedo: “Estamos evaluando salir del país”, afirmó Joshua Suárez, padrastro del menor.
Lyan fue entregado la tarde del 21 de mayo a una comisión humanitaria de la Defensoría del Pueblo. El reencuentro fue emotivo. Suárez lo recibió entre lágrimas, abrazándolo con fuerza tras haberlo perdido aquella noche del 3 de mayo, cuando cinco hombres armados irrumpieron en su hogar en Potrerito, zona rural de Jamundí.
“Esa fue una noche oscura y no se la deseo a nadie”, confesó Suárez. “Se supone que estábamos protegidos en nuestro hogar y no hubo solidaridad de la Policía. Intenté evitar el secuestro. Le pedí perdón al niño por no haberlo salvado”.
Durante su cautiverio, Lyan estuvo esposado, amarrado y sometido a humillaciones. “El niño nos contó que duró cuatro días amarrado, esposado y humillado. Aun así, perdono a los secuestradores de corazón”, reveló el padrastro, quien no descarta abandonar el país por motivos de seguridad.
??Joshua Suárez, padrastro del menor, reveló detalles de lo que pudo hablar con Lyan tras la liberación. ??Esto dijo: https://t.co/SkRZOYGXtI
— El País Cali ?? (@elpaiscali) May 22, 2025
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¿Cómo se encuentra Lyan José Hortúa?
El secuestro ocurrió en minutos. Lyan José fue sacado sin camiseta ni zapatos y arrastrado hasta una camioneta. También se llevaron a una empleada doméstica, liberada horas después. La madre del menor, Angie Bonilla, había advertido desde el inicio que el niño padece una condición pulmonar que requiere medicación constante. Durante el secuestro, los captores permitieron el envío de los medicamentos.
El niño fue llevado a la clínica Valle de Lili, en el sur de Cali, donde se le realizaron exámenes médicos. Aunque está físicamente estable, su familia y las autoridades coinciden en que ahora empieza la recuperación emocional.
El caso generó rechazo generalizado. Las marchas ciudadanas, la presión mediática y la intervención de organismos como la ONU y la Iglesia Católica fueron claves para lograr la liberación sin necesidad de un rescate armado. El ministro de Defensa, la gobernadora del Valle y el alcalde de Cali calificaron el secuestro como un delito de lesa humanidad y pidieron garantías para la niñez.
“Fue una pesadilla, ahora es un milagro”, dijo Angie Bonilla. Lyan, que está próximo a cumplir 12 años, celebrará su cumpleaños en libertad, pero bajo la sombra de un trauma que la familia espera superar, quizás, lejos del país donde ocurrió esta tragedia.