Orlando Pelayo, hombre que mató a su hijo en Chía, falleció

En la tarde de este viernes 21 de abril, se confirmó el fallecimiento de Orlando Pelayo, hombre que había asesinado a su propio hijo y estaba cumpliendo una larga condena en la cárcel Tramacúa, de Valledupar. 

El hombre, que tenía antecedentes por porte ilegal de armas y acceso carnal en menor de edad, había sido condenado a 58 años de prisión, luego de que secuestrara y asesinara a su propio hijo, Luis Santiago, un bebé de 11 meses, el 26 de septiembre de 2008.

Pelayo había sido internado en la unidad de cuidados intensivos del hospital Rosario Pumarejo López de Valledupar, el pasado 10 de abril por problemas de salud, pero fuentes del Impec confirmaron a medios de comunicación que murió, al parecer, por afecciones relacionadas con insuficiencia cardiaca, hipertensión y diabetes.

El hombre vivía solo en una celda del pabellón de alta seguridad de la cárcel, el cual es compartido con presos condenados por delitos sexuales y homicidio como Rafael Uribe Noguera, Luis Alfredo Garavito y Javier Velasco, el asesino de Rosa Elvira Cely.

Al respecto, la madre del pequeño Luis Santiago manifestó sus sentimientos por lo sucedido. "La verdad me deja sin palabras porque es un sentimiento de frustración, de rabia y tristeza, porque se fue con la verdad en la boca, o sea, él nunca quiso decir la verdad”, dijo 

“Que Dios lo juzgue. Yo lo único por lo único que puedo decir que lo siento es por la familia porque, pues igual familia es familia y por más malo que haya sido el tipo, es un dolor para la familia", añadió con mucho dolor. 

La desaparición del menor de edad conmocionó a todo el país. Según la versión de sus padres, unos encapuchados ingresaron a la vivienda donde residían en Chía, Cundinamarca, para llevarse al bebé de 11 meses.

Tras varios días de incesante búsqueda, el cuerpo de Luis Santiago fue hallado en una bolsa en inmediaciones del cerro Cuatro Esquinas, entre los municipios de Tabio y Chía. La causa del fallecimiento, según Medicina Legal, fue asfixia mecánica. 

Pero la historia dio un giro inesperado cuando el padre del niño, Orlando Pelayo fue capturado como presunto implicado en el secuestro de su hijo. Posteriormente confesó su participación en el crimen asegurando que no quería tener que responder por los gastos mensuales del menor.