Interno en cárcel de San Gil apuñaló a su pareja durante la jornada de visita conyugal

Lo que se suponía sería una tarde de amor y para compartir terminó en un violento acto por parte de un recluso de la cárcel de Palogordo en Girón, Santander, que atacó a su pareja con un arma cortopunzante y por poco le provoca la muerte en el interior de una celda, sin embargo, la mujer se encuentra recluida en un hospital con heridas de consideración.

Una visita conyugal el pasado domingo por poco termina en asesinato, y cuando una pareja debería estar disfrutando la posibilidad de poder tener contacto personal en la cárcel santandereana, el hombre que purga en una condena en el establecimiento arremetió contra una mujer de 40 años con un arma cortopunzante.

Los testigos del acto afirmaron que la pareja se veía tranquila y dialogaban amablemente, pero con el paso de la jornada, lo que parecía tranquilidad se convirtió en violencia porque el recluso se abalanzó sobre su pareja y le propinó un ataque con un arma cortopunzante.

La mujer fue retirada de la cárcel en una ambulancia y trasladada a un centro hospitalario en el que aún permanece, pero su pareja alcanzó a herirla de consideración con un arma artesanal, que, según la guardia del penal, fue fabricada con elementos rudimentarios, pero suficientemente efectiva para producir serias lesiones.

El hombre atacó a la mujer y esta intentó defenderse como pudo y fue cuando la guardia, alertada por otros reclusos se hizo presente ya cuando ella se encontraba en el suelo inconsciente, mientras que el reo intentó quitarse la vida con la misma arma con la que atacó a su pareja, pero los dragoneantes del Inpec evitaron que esto sucediera.

El recluso tendrá que responder ahora por la condena que paga, pero deberá aumentarle tiempo a su permanencia en la cárcel porque el ataque que realizó a su expareja supone nuevos delitos como lesiones personales e intento de homicidio.

La investigación realizada por las autoridades indicó que el reo, al parecer ya tenía todo planeado y buscaba asesinar a su pareja en el interior de la celda durante la visita conyugal y luego se quitaría la vida, pero no logró llegar a consumar dicho plan y ahora tendrá que responder por más delitos.

Este caso hace que se soliciten más y mejores controles sobre los reclusos para que no tengan acceso a armas ni a elementos con las que las puedan elaborar de manera rudimentaria, porque no solo atentan contra la integridad de presos y guardianes, sino también contra la de los visitantes, incluidas sus propias parejas.