Críticas a Claudia López por no ayudar a un arrendatario del edificio donde es copropietaria

La pandemia por COVID-19 acabó con los sueños de millones de pequeños y medianos empresarios que en medio del cierre al que tuvieron que someterse durante la cuarentena acabaron los ahorros de años de trabajo. A pesar de las ayudas anunciadas por el Gobierno y las medidas tomadas por las administraciones locales, lo cierto es que la ‘solidaridad’ de la que mucho se habló para afrontar la emergencia solo fueron palabras.

El portal periodístico Vorágine publicó hace algunas horas una historia en la que, indirectamente, la alcaldesa de Bogotá Claudia López no queda muy bien con aquello de la solidaridad en tiempos de pandemia.

El caso es el de Jorge Romero, un hombre que hasta hace algunos meses era el propietario de un spa ubicado en uno de los locales en arriendo del edificio Barú, en Chapinero, una copropiedad en la que la alcaldesa de Bogotá Claudia López tiene dos apartamentos junto a su esposa Angélica Lozano. 

Según relata Vorágine, Jorge Romero cerró las puertas de su negocio el 19 de marzo al comenzar el simulacro de cuarentena, desde ahí, ante la falta de ingresos, esperó la comprensión de la administración para llegar a un acuerdo de pago que le permitiera seguir funcionando tan pronto fuera posible, pero la respuesta del edificio fue tajante “Nos paga o se va, y nos paga completo”.

Jorge hizo todo lo posible para llegar a un acuerdo de pago y esperó a que el cierre comercial decretado por la pandemia no se extendiera demasiado, se equivocó. Pasaron los meses de abril y mayo sin que él pudiera abrir su negocio y recibir ingresos. Para la administración esto no importó y a pesar de que el local estuvo cerrado por orden de la Alcaldía le seguieron cobrando el canon total del arriendo, poco menos de dos millones de pesos.

La alcaldesa de Bogotá Claudia López y su esposa, la senadora Angélica Lozano, se convirtieron en su última esperanza. En vista de que ellas hacen parte de las propietarias del edificio, pensó que ellas podrían hablar con la administración e intervenir para llegar a un acuerdo. Habló con Angélica Lozano y ella, según relata Jorge, le aseguró que hablaría con la administración “Me dio una voz de aliento pero nada pasó porque la administración mantuvo la misma posición”.

Posteriormente, habló con Claudia López pero ella fue aún más tajante en su respuesta, “yo no me puedo meter en negocios de particulares, entiéndete con la administración”. Aunque la posición es entendible, el hombre no le pedía su ayuda como Alcaldesa sino como propietaria de cerca del 20% del edificio y como una persona que siempre ha abogado por la solidaridad.

Ambas mujeres, tras ser consultadas por el medio Vorágine, negaron tales conversaciones y aseguraron desconocer todo lo relacionado al consejo de administración del edificio.

Final y tristemente, Jorge Romero tuvo que cerrar su negocio el 16 de junio, dejando sin trabajo a las cuatro empleadas que le ayudaban en su spa.

“Yo quise ir a los bancos a pedir préstamos y las respuestas de los bancos siempre fueron absurdas. Las ayudas del gobierno fueron para las grandes empresas, los auxilios del gobierno son una completa mentira”, aseguró el hombre a Vorágine.